Extracto de EL PISOTÓN DEL UNIVERSO. MANUAL TÉCNICO DE SUPERVIVENCIA EN LA ILUSIÓN.
3 enero 2020
LORENA MIÑO
Un Curso de Amor es la continuación de Un Curso de Milagros, así de increíble, así de maravilloso. Es la continuación es un linaje directo la misma voz, Jesús, unos años después, hablándonos de que estamos en otro tiempo al que él llama de «el tiempo de Cristo» y nos dice que el tiempo en el que fue recibido Un Curso de Milagros, era otro tiempo llamado «el tiempo del Espíritu Santo».
Esta diferencia de un tiempo a otro tiempo, tiene que ver con que el tiempo del Espíritu Santo todavía el ego estaba más afianzado en La Mente, y por lo tanto había demasiado miedo como para entablar una relación directa con la fuente.
Esto generó la estrategia divina de esta figura del Espíritu Santo, que es una intermediación entre el Hijo todavía con temor en La Mente, para mirar de frente al Padre.
Dice Jesús, en lo que llama el preludio del Curso de Amor, que «gracias al efecto que tuvo Un Curso de Milagros en La Mente que compartimos, se ha aflojado lo suficiente el miedo como para poder dar paso a una nueva era de relación directa. Esto es lo que se entiende como el tiempo de Cristo«.
Cristo no es Jesús, Cristo es lo que somos. Nuestra Identidad. Es el Ser que Dios creó con el que Jesús se identificó y por eso lo llamamos Jesucristo, pero, quién estamos nosotros invitados a ser hoy.
En el Curso de Amor, es el mismo Jesús del Curso de Milagros, dándonos la mano para decirnos: ahora otro paso, ahora vamos a pasar de La Mente a la que estuvo dirigida al Curso de Milagros al Corazón.
El corazón es una energía en nosotros que une todo; el corazón es el centro del ser, el centro de Dios, el centro de todo; y el corazón va a establecer vínculos, relaciones…
La palabra clave del Curso de Amor es la Relación. Aunque la separación no exista, si tenemos una experiencia de separación, y el Curso de Amor, o si queremos Jesús en este momento, le da a la experiencia que estamos teniendo un carácter de realidad, es decir para nosotros, para nuestra experiencia, eso es real y ahí se mete él.
Nos da la mano y nos dice vamos a «soslayar La Mente«, vamos a aprender juntos a soslayar la mente, este es el verbo que usa: soslayar, es como puentear, como dejarla de lado, pasarla por arriba, e ir al corazón.
Sólo cuando dejemos de darle energía a la mente, de usarla como guía, de cada cosa que no sucede pedirle consejo a ella, entonces toda esa energía volcada sobre el corazón va a ir haciendo que este corazón desarrolle su arte, que es el arte de la unión, de la unión con todo.
Esto nos va a devolver a nuestra esencia, que es Cristo.Y lo que nos propone Jesús en el Curso de Amor, es vivir hoy hoy mismo, en este plano de La Tierra, de la separación, cómo el Cristo que somos, es decir no esperar a evolucionar más para algún día, si no hoy mismo. No es necesario tener una evolución mayor, es necesario unirnos a todo aquello que salga de nosotros, como emoción de todo digamos, el error de percepción que no puede sino estar en este plano, unirnos a él, es decir permitir que el Amor y el error se encuentren.
Este puente entre el error y el amor, entre lo humano y lo divino, ese puente es Cristo. Digamos que el puente es la definición de Cristo, es esto que tengo a mis espaldas. Es lo humano y lo divino por fin tocándose, eso es Cristo.
Y este es el movimiento del Curso de Amor, es un movimiento que toma en consideración todo lo humano:
- El error de percepción
- La experiencia de separación que estamos teniendo
- Y no lo soslaya
- No lo niega, porque no es la verdad última
Es cierto que no es la verdad última, pero en la verdad en la que nos estamos experimentando, y si no es reconocido eso, no se produce la unión. Esto es muy novedoso en relación al movimiento del Curso de Milagros.
El movimiento del Curso de Milagros era mostrarnos la verdad última. Y darle realidad solo a la verdad última, a la verdad más profunda que hay.
En el Curso de Amor también se le da realidad a esta experiencia que estamos teniendo, por supuesto que no es la realidad última, pero es necesario que desde ahí se parta para que se provoque la unión, es decir se tienen que tocar. Es este gesto tan bonito, se tienen que tocar lo humano y lo divino.
Y lo humano implica el error de percepción, que cuando se toca con el amor se corrige, pero no se corrige antes.
Y el Curso de Amor pide que deje de darle energía a la mente. Entonces, hay un punto en el que lo que fue necesario en un paso, es necesario que cese.
El Curso de Amor se empezó a canalizar en 1999, ¡¡fíjate qué año!! Quiero decir que el Curso de Amor es sobre lo nuevo, iba a decir es el advenimiento de lo nuevo, pero en realidad no es el advenimiento es, que gracias a ti, lo nuevo simplemente está aquí. Es el canal de lo nuevo, nosotros al ser Cristo.
Entonces justamente al darse el paso al cambio de milenio, ahí es cuando llega toda esta energía nueva, lo canaliza una mujer que se llama Marie Perrón. Es una mujer estadounidense que era una ferviente estudiante de un Curso de Milagros. Había leído ya siete veces el Curso de Milagros, cuando empieza a recibir esta canalización.
Empieza exactamente igual que el Curso de Milagros.
Este es un Curso de Milagros, es un curso obligatorio… empieza igual.
Y luego empieza Jesús mismo a justificar el momento en el que estamos.
En el ídolo hay miedo y hay ataque. Hay una defensa que lleva al ataque, ¿no? Entonces claro, esto es contrario al amor. Ni el miedo es lo contrario del amor, entonces no hay nada que defender. Hay una evolución, hay un camino que termina en la fusión de todo. Entonces claro, todo tiene su lugar pero no admite una separación, porque separarlo y colocarlo en algo estático, ¡es separarlo!
Entonces esto es una dinámica en la que este paso dió paso a este paso, y todo es amor. Entonces da igual las caras que tengan. Digamos que los cursos son personajes también en ese sentido y tenemos que dejar que, digamos, el personaje, no hay nada malo en eso, si se une al ser, de hecho Cristo necesita un personaje, Jesucristo es la unión del personaje con el amor.
Entonces, Cristo necesita el personaje sino no sería 100% humano, y Cristo es, según dice el Curso de Amor, 100% humano y 100% divino; totalmente humano y totalmente divino; si es totalmente humano, tiene un personaje.
El Curso es un personaje, Curso de Amor es un personaje, Curso de Milagros es un personaje, ¡ningún problema con que lo sean si se unen al amor! si se separan y dicen: «¡esta es la verdad y no las otras! entonces no cumplen su función.
No hay mejor ni peor, hay idóneo para un momento. Y todo esto se va desenvolviendo y no sabemos en qué va a terminar, de hecho Dios se sigue extendiendo, Dios mismo es novedad constante, la vida lo es, es expansión.
Entonces, fijar las cosas es un movimiento contrario a la vida, contrario al amor. Y el movimiento de soltar es pedido en el Curso, varias veces. De hecho, nuestro trabajo es soltar capas y capas, y capas, porque ya está todo.
ARANTXA CARRERA
Ahora viendo todo esto es como, ¡Uff es grande! es ¿desde donde poder honrar a todo el trabajo que se está haciendo y toda la información que estoy moviendo?. No esto sí, esto no, sino reflejar el amor que hay en todas esas partes. De ahí el trabajo cuando edito, ¿no? es como sentir cuando todo es inclusivo.
LORENA MIÑO
¡Claro, claro! La inclusión es el movimiento. No hay amor sin inclusión, no hay paz sin inclusión, es inclusión de todo. Pero también hay tiempos, ¡no en la verdad última por supuesto!
En la verdad última no hay tiempo, pero en el plano en el que estamos experimentándonos si hay tiempos. Y los tiempos están pautados divinamente, ¿no? De hecho, el Curso de Amor todo el tiempo está diciendo, es tiempo de esto… hay capítulos que se llaman por ejemplo, «tiempo de sensibilidad». Te dice todo el tiempo: Ahora estás en el tiempo de esto, ahora estás en el tiempo del otro…» nos está guiando. Hay tiempos que tienen que ver, por un lado, con la humanidad con la energía que está disponible para nosotros ahora. Que esté disponible para nosotros como humanidad, no quiere decir que todos individualmente estén en este punto de su desarrollo, quiere decir que ya es posible que venga, antes no era posible.
Ahora es posible y hay, utilizando palabras del Curso de Amor, pioneros, o sea hay gente que está como dispuesta, para decir ¡ya! ¡Ya a través de mí!
El Curso de Milagros está incluido en el Curso de Amor. Es el Hijo, el fruto de ese árbol maravilloso.
En el Curso de Milagros había lo real y lo no real. Ahora se dice lo no real está dentro de lo real, y es desde lo no real que vamos a unirnos a lo real, y eso es lo que une a Cristo.
La mente no lo puede entender esto. Que las dos cosas sean verdad, esto es lo que no puede entender. Y si, las dos cosas son verdad, en distintos planos. Entonces el corazón es el que puede dar razón, o no, a todos los niveles.Por eso yo digo que corazón es «corrazón«, porque da la razón a todo. La mente no puede, la mente es un sistema de exclusión.Si una cosa es verdad, la otra tiene que ser mentira.Y así se manejaba en el Curso de Milagros porque estaba dirigido la mente. Blanco-negro, si-no, contraste. El método de aprendizaje del Espíritu Santo era un método de aprendizaje por contraste. Ahora no, ahora ya no. El método del corazón no es de contraste. El corazón no necesita contraste, admite todo, es una Y, suma. Dice esto es verdad, lo otro también, y parece antagónico para la mente, pero para el corazón no.
El Reino de la Verdad es paradójico, y sólo se puede acceder a la paradoja, que es la verdad última, desde el corazón. El corazón entiende porque está fuera del tiempo, porque está en el Ser, que lo temporal y toda su lógica, y todos sus tiempos marcados, y lo atemporal conviven. ¿Y dónde conviven? En la Cruz. En ese punto en el que el eje vertical, y el eje horizontal, se tocan, se besan, eso es la Cruz, eso es Cristo.
La verdad del amor llega a La Tierra, gracias a mi error. Porque mi error, como me duele, me lleva el movimiento de pedir la mirada del amor que lo corrige, y ahí se tocan y hacen este cruce que es Cristo. Ya no hay intermediario. Es mi error absolutamente necesario, y con mi error está todo el plano humano.
Entonces, quizás la mejor noticia, es que no hace falta un grado de evolución mayor.
Lo que hace falta es una voluntad de un anhelo, creciente, ferviente, de Unir. Y esto es lo que hace que el deseo de separación, que todavía está en la mente del Hijo de Dios, que quiso vivir esa experiencia con el aval de su Padre, merme.
Todo esto es una cuestión de que hay dos deseos en nosotros:
-
El deseo de separación que nos hizo vivir esta experiencia.
-
Y el deseo de unión que nunca murió.
¿Y qué dice Jesús?
En el mismo momento en el que empezó la aventura de la separación, el deseo de volver a casa estaba ahí.
Se trata de que merme el deseo de separación y crezca el deseo de unión.
El corazón es lo que echa leña a ese fuego del deseo de unión. Y es la unión con cada cosa que siento, con cada emoción que siento, con esas emociones que he juzgado, con esas emociones que la mente me dice: «son un error, vienen de un error, vienen de un pensamiento egoico…, sino no podrías tener envidia, y la envidia es consecuencia de un pensamiento egoico que hay en la mente, quita el pensamiento.
Pues el camino del Curso de Amor es: ¡no! únete a la emoción, únete a esa envidia, permite que esa envidia y el amor se toquen.
Y cuando se toquen, ya el amor entró en ti, y el amor en ti corrige. Pero no es la mente la que corrige, es la unión. Y la unión no necesita que haya menos evolución para que haya menos errores en la mente, la unión necesita que el deseo de separación haya mermado y el deseo de unión haya crecido.
Por eso el único ejercicio para la mente que tiene el Curso de Amor es:
«Dedico todo pensamiento a la Unión«.
- No hay más, todo se resume en eso: Mi Voluntad, mi Deseo de unirme.
- No puedo unirme a lo que está afuera si no empiezo por unirme a lo que salió de mí.
- No puedo unirme al estímulo que provocó mi emoción sino me uno primero a mi emoción.
Me uno a mi emoción diciéndole sea, ¿Cómo no iba a estar?
Un:»¿como no…?» amoroso es una Unión. Entonces, esa unión que es Dios, porque Dios es unión. Esa unión, ya en mí, sigue tejiendo y tejiendo y tejiendo y alcanza así al estímulo al otro. Y podríamos entender eso como el perdón. Pero ya no es mental. Ya no interviene la mente. Es el corazón, con su pasión por unir, que entiende que la unión es hacia el prójimo, hacia lo más cerca de mí, lo más próximo, que es mi Hijo, mi emoción. Digo mi Hijo porque es lo que sale de mí.
Pues ahora se trata de legitimar a todos nuestros hijos: Teníamos un montón de hijos ilegítimos; Y teníamos hijos que nos hacían quedar bien, e hijos que nos hacían quedar mal; E hijos que no mostrábamos y manteníamos en la sombra, y otros que mostrábamos; y ahora es momento de a cada Hijo amarlo, y esa es la Unión.
Para entenderlo, podría ser entender la diferencia entre el eje horizontal y el eje vertical. El eje horizontal, que es el de la temporalidad, de la experiencia humana, te puede hacer creer erróneamente que algo es excluido porque no lo esté atendiendo ahora, porque ahora me ocupe de otra cosa y eso queda en el pasado.
Lo primero, es hacerte una aclaración que la hace Jesús en el Curso de Amor. No es necesario haber hecho el Curso de Milagros, para hacer el Curso de Amor. El curso de Amor tiene como objetivo trascender la mente. Entonces, este es mi objetivo número uno, no leer el Curso de Amor de la misma manera que se leyó un Curso de Milagros, porque tienen otros objetivos. El Curso de Milagros estaba dirigido a la mente, y es correcto que sea leído desde ahí, el Curso de Amor no.
Entonces no sería correcto que fuera leído desde ahí. Sería desperdiciarlo de alguna manera. Sería trabajar dos o tres conceptos nuevos, pero no hacer el movimiento que el Curso de Amor te invita a hacer entonces. Yo intento siempre que ese objetivo quede claro.
A mí me fue necesario para cumplir este objetivo, soltar lo anterior, y Jesús lo pide, pero cada uno…
El nuevo entrenamiento, que ahora es: «suelta la mente», «deja de enviar la información a la mente», aunque sea esta información, por eso se resumen en uno los ejercicios, es sólo : «dedico todo pensamiento de la unión».
Hay otros ejercicios prácticos, que tienen que ver con el cuerpo incluso, el cuerpo tiene un lugar muy importante en el Curso de Amor. Estas son cosas que pueden hacer ruido, si haces simultáneamente el otro… ¿no? Al cuerpo se le da mucha importancia incluso, se habla de ser elevado de la forma, de ser y forma se tocan, se habla de una elevación de la forma. Hay ejercicios prácticos que tienen que ver con y mirar tu cuerpo desde afuera… Bueno varias cosas, ¿no? varios ejercicios.
Dice Jesús, que como sabe que no nos gusta que se nos den ejercicios y que se nos pida, pues lo que hace él es mezclarlos dentro de la redacción del capítulo. Entonces ni siquiera tienen un subtítulo, está dentro de la misma redacción del capítulo, está dado el ejercicio y hay unos cuantos de carácter práctico, pero todo el Curso de Amor es de carácter práctico, muy práctico.
El Curso de Amor tiene tres libros en uno:
- El libro uno se llama un Curso de Amor.
- El libro dos se llama los tratados de un Curso de Amor y está dividido en cuatro partes, cada una de las cuales tiene varios capítulos y se profundiza sobre temas que estuvieron sembrados en el libro 1.
- El primer tratado se llama el arte del pensamiento, y esto es totalmente práctico. Es tener el pensamiento de Dios en tu mente, pero no a través de la repetición de frases como era el Curso de Milagros, sino a través del mecanismo de entender, que todo es un regalo simultáneamente, y responder con amor a ese regalo. Esto se vuelve una forma de pensar, una forma de pensar creativa, que ya no es, me repito una frase, sino es, esto que el ego me invita a ver como un drama es un regalo, y como respondo con amor. Y esto se implementa a través del pensamiento, pero esos pensamientos surgen de ti como respuesta de amor, ¿no? Esto es muy práctico, muy práctico.
- Y termina en un libro 3 que se llama los diálogos, que también tiene dos partes:
- 17 capítulos primero y luego tiene lo que se llama los 40 días y las 40 noches, que son 40 días que pasas con Jesús en la montaña, y él dice: «vamos a hacer algo que nunca fue hecho hasta ahora. Te voy a pedir que te dividas, y que vengas cada día conmigo a lo alto de la montaña y que estés simultáneamente en tu plano humano y en la tierra implementando esto». Esa separación, eso no fue hecho hasta ahora, él la llama bifurcación, y entre esas dos cosas relación, diálogo.
Aquí aparece algo que me parece súper bonito e importante: Unidad ya no es uno, unidad es el carácter de lo unido. Lo unido no es uno, es múltiple en relación. Lo humano y lo divino unidos, esto genera una unidad. Por eso, a veces se dice, desde un desconocimiento, pero se dice que el curso de amor es dualidad, y no lo es en absoluto, pero es una unidad que no tiene que ver con uno, tiene que ver con lo unido. Entonces, la dualidad está contemplada y desde ahí se comienza el movimiento de unión, pero en todo caso sería trinidad, porque está la dualidad, está la no dualidad y está lo que los une. Esto es lo unido. No es casual que la misma palabra unidad pueda aludir a uno o a unido, y no necesito que: «algún día, con un entrenamiento…», sino ya, a través de mi error capitalizando todo lo que hay.
La forma es el medio a través del cual porque es lo que tú tienes, y tú tienes que hacer con lo que tienes, sino no es real es para ti. Tiene que tenerse en cuenta y desde ahí se eleva para tocarse con lo divino, ¿no?
El objetivo es la unión, el objetivo es el equilibrio, la armonía. Pero si hubo una supremacía, entonces es necesario que tenga ahora su momento esto, pero para volver a la unión.
El Curso de Amor es pura energía femenina, es el lado más femenino del Amor, de Dios, que no niega lo anterior, que va a ser este ensamblaje, pero lo va a hacer el corazón, va a ser como lo femenino guiando a lo masculino de cómo estar al servicio y no en dominación, ¿no?
Ese es el trabajo que hace el corazón con la mente. La mente no desaparece, la mente está unida, pero es una mente muy distinta, es una mente mucho más relajada, y mucho más servicial.
Servicial, esa es la palabra, está al servicio. Y aprende a estar callada, aprende a dejar al corazón que guíe, porque el corazón tiene ecuanimidad, es una de sus características que lo hace más apto para guiar que la mente. Pero el corazón guía a la mente y la hace ensamblarse.
Dice Jesús, que mente y corazón siempre fueron una sola cosa, son una sola cosa, pero que él se ha referido como si fueran dos cosas separadas porque así lo veíamos, pero para guiarnos a volver a unirlas, pero es el corazón el que puede hacer ese movimiento de unir.
La mente teme al corazón, esto dice Jesús en el Curso, porque lo entiende como caótico, como algo no fiable, como algo que le puede llevar a hacer locuras. Lo entiende como una falta de lucidez, ¿no? Y no es eso el corazón, pero esa es la imagen que tiene la mente del corazón.
Ahora lo que el corazón quiere, es amar lo que no fue amado. Esta es la manera de curar, pero el movimiento no es tanto a corregir, a inventar, sino a abrazar. A abrazar a todo aquello que fue dejado de lado.
En el Curso de Amor eso tiene un giro y se nos invita a concebir la idea de que es posible en este plano que no haya un ego, y se nos conduce a eso.
Hay un punto en el Curso de Amor en el que Jesús dice: «el ego se ha ido». En la forma tiene que ser posible vivir la ley del Amor, esto es lo que propone el Curso de Amor.
Nosotros estábamos en la mente y el amor llega a donde tú estás. Te estás experimentando en la mente, ese es el canal que tienes abierto, bueno pues da una información para la mente. Esta información, digamos digerida por la mente, dio como resultado que disminuyera lo suficiente el miedo, no del todo, pero lo suficiente para ahora abrir otro canal. Este canal permite información que desde el otro canal era inadmisible. Aquí por por este nuevo canal puede entrar.
Era lo que la mente necesitaba, era una estrategia de darle a la mente, digamos, que tenía que entrar por la mente.
El Curso de Amor, al principio una pequeña introducción, que dice algo muy interesante y dice: «que hasta este momento todo lo nuevo que hemos ido incorporando, como nuevas técnicas en la espiritualidad, todas de alguna manera, las recibía la mente, y lo que hacía la mente con esa nueva información, era disponer en el mapa con las mismas fichas, otras formas». Las fichas eran las mismas, las organizabas de otra manera. Entonces estructuraba una nueva realidad, pero con las mismas fichas.
Entonces, lo leo desde el eneagrama; lo leo desde la astrología; lo leo desde el Curso de Milagros; pero siempre era información para la mente, mapas…
El Curso de Amor patea el tablero. Ya no hay fichas, ya no hay mente, se va al eje vertical. Así un salto, pero para en el eje vertical, bajar a La Tierra.
Es hoy, es posible es lo realizado entrando en el plano que no había sido tenido en cuenta.
Lorena Miño para Holistic Matriz del Cambio