Extracto de EL PISOTÓN DEL UNIVERSO. MANUAL TÉCNICO DE SUPERVIVENCIA EN LA ILUSIÓN.

4 diciembre 2019

 

JORGE LOMAR:

La confusión que sucede es que hemos creído que la forma es un fin, que es el yo, que es el ser.

La forma es un medio. Tú estás haciendo un trayecto humano. Has comprado el pasaje, vas a terminar el viaje.

Entonces en tu trayecto, hemos elegido identificarnos con la estructura, con la forma.

Entonces vamos a perdonar la estructura. Perdonarlo implica liberarte de ella, pero no rechazarla ni destruirla.

De esa manera la estructura también perdona, se está perdonando constantemente, no es algo a rechazar:

  • No existe el rechazo en nuestro proceso
  • No existe el rechazo en nuestro ser
  • No tiene sentido el rechazo

 

Todo lo que hacemos es simplemente deshacer nociones de rechazo dentro de nosotros… y entonces surge la adopción de rechazar la estructura, y la deshacemos.

¡¡No rechazamos ni al rechazo!!

Deshacemos la noción que brota del rechazo que es un juicio a la estructura y nos damos cuenta cómo la estructura siempre ha sido un medio.

Y como tal, si un niño se tira por una montaña con una bicicleta, y está disfrutando toda la cuesta abajo, le está dando el viento en toda la cara, puedes decir:

“Pero ha tenido que aprender a montar en bicicleta y ha tenido que subir la montaña durante dos horas”

¡¡Y que le importa!! ¡¡No le importa nada!! Ni todo ese esfuerzo, ni todo ese movimiento, ni toda esa energía, ni todo ese dinero.

No importa nada, no es nada, y comprendo lo que es la estructura. Es medio, no es fin, no importa nada.

¡¡Tú estás cabalgando la estructura para sentir el viento, para sentir el fresco, para sentir la luz del sol, para sentir el frescor, para sentir  todo lo que es la vida y disfrutarla sin miedo, sin rechazo!!

Entonces la estructura también es… lo tecnológico, también es quedar una hora, también es mi cuerpo: “Ahí me duele aquí”

Son tantas cosas la estructura…, entonces nos proponemos en ese intento que hacemos al principio de vivir la no dualidad pura, con toda nuestra mejor voluntad, e intentamos ser muy puristas, e intentamos vivir sin estructura, y nos encontramos con una contradicción constante, cuando en realidad lo que quiere tu corazón es ver la estructura con pureza.

¡¡Como la ve el niño!! ¡¡Como un juguete!! Es un juguete.

En esa pureza de ver la estructura, nada tiene importancia. Que tú estás fregando un cuarto y de repente vienen cinco personas, pues vuelvo a empezar, no pasa nada. Es estructura.

Es como un pajarito que está haciendo su nido y tarda tres meses en hacerlo, y viene una ráfaga de viento, lo tira al suelo… ¿Se pone el pajarito a pensar “maldito viento como me ha tocado esto a mí”? ¡No!, el pajarito ya está buscando otra ramita, la primera del siguiente nido. Es estructura,  el pájaro lo comprende perfectamente: es forma.

Simplemente es el error de percepción es la valoración de la forma.

Tu consciencia es creación. Estás constantemente creando, no estás nunca dejando de crear. Somos consciencia, nunca dejamos de crear.

Cada vez que cambias de propósito, y en vez de un propósito del ego, te vas a un propósito del amor, de la expansión, de la creatividad auténtica, estás cambiándolo para toda la mente, o sea, estás recordando nuestra función a todo lo que somos.

La forma simplemente han sido un medio de relación, un medio de creación, ¡¡y ya está!!. ¡No tiene más importancia! La forma se transforma y cambia tu escenario. Es como reabsorbida y cambia, y ahora ocurre otra cosa. Y deja de tener peso en tu vida, no te quedas con ello.

Cuando se dice fabricación aquí, en realidad lo que hacemos es reproducción.

La fabricación en realidad es reproducción. Es como si vas a hacer una casa, y fabricas la casa, pero ya los ladrillos están hechos, el cemento está hecho, los platos están hechos… En realidad está ya todo hecho. Lo que se hace es una reproducción. O sea en realidad, no estás creando en absoluto. Entonces siempre cuando es ego y es miedo es reproducción.

Intentamos extraer goce de muchas cosas que simplemente no tienen valor. Es así de simple. No son ni buenas ni malas, no tienen valor, no expresan la verdad, no son nada.

Estamos constantemente tomando todo tipo de formas, y las formas como digo son medios. Tú agradeces ese medio, pero no es ni bueno ni malo, no es nada. Es algo temporal que te presta servicio, y lo que es divino es la relación en sí.

Entonces, es devolver la cualidad de medio a todas esas preocupaciones que tenemos y no, todo esto es un medio que he usado, ¿para que lo quiero usar ahora?

Entonces, me doy cuenta cuando uno está, estos días que estamos como espesos, que nos cuesta darle sentido a la vida, que no sabemos para qué sucede nada, estos días que estamos como que no saliéramos de nuestro mismo ombligo… estamos todo el rato pensando en ese yo fabricado, en esa personalidad, en esa forma con la que estamos obcecados en esa relación, y si te fijas cada vez que has salido de ahí, y has dejado de obcecarte, te has abierto a una relación más grande.

Aunque te hayas puesto a pasear por un bosque y te hayas abierto a la maravilla que se desplegaba, solamente eso, te ha puesto en relación con el todo en vez de con tu forma.

Y siempre hemos amado igual, no ha habido otra alternativa, siempre has abierto tu relación, desde estar obcecada, has abierto tu relación, y entonces de repente te has mirado al espejo y te has visto inocente.

Por Jorge Lomar para Holistic Matriz del Cambio