Extracto de EL PISOTÓN DEL UNIVERSO. MANUAL TÉCNICO DE SUPERVIVENCIA EN LA ILUSIÓN.

29 noviembre 2019

 

NÚRIA GUINART:

Para mí el perdón es sinónimo de indefensión. Y estoy hablando de algo completamente interno y mental, porque puede ser en cualquier lugar de tu mente.

Estás aparentemente en cualquier lugar y el miedo se intenta proteger a sí mismo. Entonces, tú te encuentras sintiendo culpa o preocupación y lo que haces es intentar hacer algo a veces muy sutil para que se vaya.

“Esto no me gusta”… y hay una declaración, “esto está mal”, “estoy mal”, “hay algo que tengo que solucionar”, “lo que hago no lo estoy haciendo bien porque no se va”, “lo estoy haciendo bien porque se está yendo”.

Toda esta amalgama de pensamientos no los necesitamos.

Practicar la indefensión que es…

  • Cruzar eso
  • Soltar cualquier significado
  • Soltar tu interpretación

Porque en ese momento simplemente siento que hay confusión en la mente: estoy confundida porque no estoy en paz. Nada más que decir.

Indefensión: Permito, no intento ir más rápido de lo que está yendo. Me doy cuenta que yo no soy un agente individual, me creo que yo soy quien hace las cosas, que yo soy quien debe solucionar esto. ¡No, no, no!

O existe la unión, o es una mente, o aquí somos seres separados. No tengo que hacer absolutamente nada, y en ese no hacer nada, es cuando realmente hacemos todo.

Para mí el punto es practicar e ir profundizando en la indefensión.

Y la indefensión es ver que ahí sueltas los juicios aunque haya miedo ¿y cuánto puede estar este miedo si lo dejas de enjuiciar y de interpretar?

Estos son los pasos que tú me decías: “hay autores que dicen tres pasos”.

Realmente a lo que están apuntando es:

  1. No me estoy sintiendo en paz
  2. Lo observo
  3. Elijo de nuevo

Simplemente no hago nada con eso, ¡¡elijo de nuevo!!

Cuando lo vemos difícil,  no es que sea difícil, es que hay resistencia, porque hay un hábito mental, una identificación con la individualidad, una identificación con todo.

Pongámoslo así, con toda una psicología una emocionalidad, que nos soltamos, que creemos que nos representa, que creemos que nos dice la verdad. En esa identificación, pues uno no hace sino reproducirlo, reproducirlo, reproducirlo, reproducirlo… y es indefensión.

Al nivel que creemos que están los conflictos no está el conflicto. Aquí estamos presuponiendo que hay un conflicto y que es de determinada manera.

Estoy definiendo una situación de una manera determinada, la estoy viendo.

Algo que dice un curso en milagros es que:

“No veo nada tal como es ahora” (UCDM L-pI.9)

Luego:

“No veo las cosas como son, sino como creo que son”

Estamos definiendo una situación de una manera, con un prisma, ¡¡qué es en sí el conflicto!!

El conflicto es siempre es un conflicto de percepción: estoy definiendo la situación de manera problemática, y con unas opciones que no son verdaderamente la solución, porque no estoy definiendo verdaderamente las cosas como son.

Quizás es un poco rebuscado, pero esto, lo que nos invita es a que tiene que haber un punto que diga: “no tengo ni idea”, pero de verdad, porque parece que aún sabemos cosas.

Tus pensamientos son los únicos que pueden hacerte daño. Son tus interpretaciones de las situaciones lo que te está doliendo, lo que te está inquietando, no es nunca una situación externa y ahora ni nunca pudo ser hecho, siempre es una interpretación en tu mente, un pensamiento en tu mente.

Estamos en la dirección de cuestionar, no dar nada por sentado. Nos estamos dejando en paz, estamos siendo amables con nosotros mismos, porque aquello que yo creo ver fuera, es la imagen idéntica, es la imagen representada, de lo que creo que hay dentro, porque dentro y fuera son lo mismo.

Hemos creído ser algo, hemos albergado una serie de juicios, una serie de auto-condenas de pensamientos de ataque, de pensamientos de miedo, de pensamientos de… “esto no”, “esto sí”. Y esto lo vemos representados en nuestro mapa mental.

Y en esas situaciones, cuando tú dices: “Ay, si no hay ataque”.

¿A quién no estás atacando sino al concepto que habías tenido de ti mismo?

Porque lo que estás soltando es una desidentificación, te estás desidentificando.

 

 

Llámale…

  • El personaje
  • El ego
  • La condena
  • La culpa

Estás diciendo…

  • Es que esto no va de culpas
  • Esa que esto no va de juicios
  • Es que veo el juicio donde me ha llevado

¿El juicio me ha llevado a qué? ¿A sentirme de qué manera? Enjuiciando, condenada, disgustada, no me apetece…

¡¡Hay otra manera!! Por eso estas poniendo en juego el perdón.

El perdón es algo que vamos cultivando a lo que nos vamos abriendo, y esta mirada de inocencia, esta mirada de: veo esas dinámicas y no juzgo sino que simplemente las contemplo.

A mí me encanta esa definición que:

“Es el perdón es tranquilo y sosegado y no hace nada”.

Contempla, ¿no? Contempla si esas dinámicas que antes te podías haber enganchado y dejan de tener significado para ti. Estás soltando los significados personales, por eso te puedes sentir más a gusto o más en paz en situaciones en las que antes, pues, estarías con “la metralleta disparando”.

Si no siento paz ya sé qué voz estoy escuchando en mi mente, por tanto en ese momento que estoy inquieta valorando decisiones, que no son realmente decisiones.

Es que las decisiones son desde donde quiero percibir esto, desde donde quiero contemplar y experimentar esto, no es si es A o B, porque son la misma opción porque estás en conflicto.

Por tanto es, cuando estamos en conflicto, nosotros lo que intentamos es sacarnos a nosotros mismos de ahí, y es como: “¡¡No, no!!” Ese es el mismo ego, es el sistema de de volver a reforzar el conflicto.

Es…

  • Me aquieto
  • Permito
  • Permito esta emocionalidad
  • Permito estos pensamientos
  • Los observo

“Los pensamientos no son enemigos, no hay enemigo, estos pensamientos de duda, los permito sin creérmelos”.

Es esa actitud de unión al perdón, ¡ahí te está asumiendo al perdón! ¡ahí te está subiendo al perdón! y desde ahí uno se siente inspirado.

“Debo de…”, “tengo que…”, “debo de hacer esto porque creo que será lo mejor…”, uno se siente en la tensión de debo o tengo, sino uno se siente “inspirado a…”.

No es estar inmóvil conductualmente, estoy hablando de la actitud interna, en la que una vez empiezas a mirar desde esa paz, desde ese perdón, es que te ves yendo para la derecha, no es tanto algo que tenga o deba de hacer. Es ir escuchando un mensaje como me salga a mí expresarlo, esto no va al esfuerzo. Esa perspectiva es una inversión de nuestra naturaleza, es una creencia y de ahí el sacrificio… ¡qué idea el sacrificarnos!

Sacrificarnos… “¡no, porque es lo que toca!” El… “yo debo de…” o “tengo que…” es una observarme, ¡no hay otros!

Son partes de mí, son fragmentos de mi misma mente, ¡aquí no hay otros! Por tanto veo, me estoy creyendo esa creencia aún, me la estoy creyendo y ahí es donde está el trabajo.

Hay una emocionalidad que se mueve, ya sabes que nunca es por la situación. Es por un pensamiento en tu mente, de estar condicionándote, por tanto, no es esa persona.

Esa persona quizás me muestra una reacción en mi mente ¿qué sucede esa reacción? ¡¡Indefensión!! La veo y no la tomo por cierta.

Dejo de defenderme, no necesito defensas, porque las defensas refuerzan lo que pretendes defender, y es al revés, lo refuerzan.

Por tanto, cuando viene ese pensamiento, y no me defiendo, por tanto no me estoy sintiendo atacada, simplemente lo veo como un mensaje que puedo ver y dejar de comprar, y ahí es cuando llega la paz.

“Te estás dejando de defender.  Te estás dejando de defender del sinsentido”.

Estás diciendo: “No es que lo que no tiene sentido, no tiene sentido, y no me tengo que defender de nada, no soy culpable, soy inocente”.

Y al no defenderte, es que te colocas en una posición amable, de paz, ¿qué puedes sentir qué aún sientes que hay algo ahí por encajar?, pero estás abriéndote a eso, porque no te defiendes, ¿y si te encuentras defendiéndote?, no pasa nada, no nos culpamos por defendernos, pues simplemente es que hay miedo en la mente y la no defensa.

Núria Guinart para Holistic Matriz del Cambio