15. Perfectamente inútil para un mundo de Culpa por Jorge Lomar.

15. Perfectamente inútil para un mundo de Culpa por Jorge Lomar.

Extracto de EL PISOTÓN DEL UNIVERSO. MANUAL TÉCNICO DE SUPERVIVENCIA EN LA ILUSIÓN.

1 febrero 2020

 

JORGE LOMAR

Toda la práctica se reduce a que, si estás en conflicto, escucha. No tienes que hacer nada. ¡Qué la repite tantas veces de Un Curso de Milagros y uno no lo entiende! Qué no tienes que hacer nada… deja de hacer… Hacer… Fíjate que en oriente este hacer, el hacer del pensamiento egoico, lo llaman karma. Se llama acción. Karma significa acción, acción del hacedor, acción del falso hacedor. Y dice: deshacer el karma, o sea, un camino de darte cuenta de que este pensamiento no tiene ningún sentido.

Sólo tú muy profundamente en la intimidad puedes decidir que este pensamiento no tiene ningún sentido, que es lo más grande que puede ocurrir en la consciencia. Y esto es lo que abre un vacío, un espacio en tí, que inmediatamente es consciencia de Dios, es luz.

Y ahí ya puedes… ya puedes permitir todo lo que pasa. Puedes permitir a tu hijo, puedes permitir a tu pareja, puedes permitir no tener dinero para unos caprichos… Darte cuenta de que si no ocurre esto, es que no es necesario.  Y no tengo que hacer, y no tengo que preocuparme, y esa sensación de no tengo que preocuparme de nada. Cada pasito que doy está perfectamente guiado».

Yo ya he elegido despertar y ahora cada pasito que estoy dando es totalmente guiado. Y cada crítica que me hago porque creo que estoy bien, es simplemente mi identificación con mi personaje. Tú estás empezando a darte cuenta, a observar, que toda esa valoración deja a un lado totalmente tu relación con Dios, y por tanto tu relación con tu Hijo. Y estás empezando a sentir que tu gozo ya no está en cuidar tu cuerpo y llegar pronto a los sitios, y que te vean como una buena ciudadana, sino que tu gozo está en una relación Sagrada, en una relación auténtica, con este momento, con tu Hijo.

El ha venido a conocerte, ha venido a estar contigo, es un pacto dentro de tu Ser.

Dentro de lo mismo que tú eres, es un pacto para convertirse en dos formas, dos puntos de vista, y relacionarse. Es un pacto perfecto.  Él viene para estar contigo, para escuchar que le digas eso. Y él viene para hacer exactamente lo que hace, y que tú te des cuenta de que aquí hay una mentalidad que lo que más valora es llegar pronto a tal sitio, hacer las cosas para cuidar tu cuerpo… Y esto tiene que ir ocurriendo, primero en el pensamiento, luego del sentir y luego del profundo discernir, que se llama en el Curso la Visión.  Tiene que empezar a calar, tiene que estar calando.Y está calando. Más, cuando uno está poniendo toda su voluntad y hemos sido dotados con la posibilidad, con el discernimiento ya, con el recuerdo de querer integrar mente, sentir y ser en todo lo que vivimos, ¿no?

Entonces es perfecto, es como te digo. Cada paso es perfecto.

Yo en estas situaciones de las relaciones adolescentes… para mí cuando Mar fue adolescente, era mi comienzo en la práctica del perdón, es algo similar a tu caso. Fue como un duelo en mi vida. Fue como un duelo.

De pasar toda su infancia jugando literalmente un mundo de juegos y un mundo de conexión, un mundo de dejarme salir el niño cada día y de un compartir que recuerdas tan virginal, de una infantilidad de antes del tiempo, de antes de que existieran los nacimientos, así de antiguo, que recuerdas eso y tener ese tipo de relación, que es una relación natural, como son las relaciones en el mundo real, una relación natural… pues de repente llegó la adolescencia donde yo era el último mono del mundo, tonto perdido.

No tenía ningún sentido nada de lo que decía, y claro,… uno ni se había dado cuenta del poder que había dado a un niño de diez años, o a una niña de ocho, o nueve años, o de seis, de siete, en fin, toda su infancia. Le habías dado el poder de que fuera tu ángel de la guarda, el ángel de la guarda de tu infantilidad.

Y también el ángel de la guarda de que tú eres su tutor, tú le proteges, tu le dices, le indicas, le expresas: «¡Mira, es que este mundo es que es así, y pasan estas cosas tal».  Y eres tan necesario porque él casi no puede caminar, casi no puede desempeñarse, es tan importante, tan imprescindible, y además ese mundo de juego, ese mundo de compartir más allá de lo humano que estás experimentando,… poder compartir lo absurdo con alguien, que no puedes compartirlo con los adultos, porque hay que ser coherente, hay que ser razonable…

¡¡no, no!! ¡Con el niño compartes lo absurdo! El porque sí, él y ahora esto, y esto, y así… Y entonces de repente eso se rompe y lo que le interesan son los videojuegos, sus compañeros de clase, Facebook… ¡Desapareces de su existencia esto es un duelo! Pero claro, era el duelo perfecto, porque yo quería trabajar el perdón. Era el duelo perfecto. Y el perdón poco a poco me dice: ¡Déjala libre! Por qué y el perdón te dice: Estás conociendo la voluntad de Dios.

«Quieres vivir la Voluntad de Dios, y la Voluntad de Dios es libertad.»

La voluntad de Dios no es una suma de momentos que encajan en un guión, ¡no! No te confundas con la forma.  La voluntad de dios es una experiencia llamada Libertad, es una experiencia llamada Amor, y libertad y amor son dos palabras para la misma experiencia de la Creación.

Entonces empieza un proceso que no tiene no tiene porqué ser corto por mucho que nos resistamos… de dejarle absolutamente libre a tu hijo para poderte tú dejar tan libre como Dios te ha dejado; de permitir totalmente a tu hijo que exprese todo lo que yo reconozco como ego, para darme cuenta de como Dios permite en mí, y me ama profundamente, mientras expreso todo lo que es el ego.

Y esto es solo hay una forma de vivirlo día a día que para mí es el enfoque más importante de la No-dualidad, el enfoque más directo que existe, es: Darte cuenta profundamente de que en este instante estás siendo total y absolutamente amada.  Amada por todo por todo el universo, amada de una forma que no comprende el mundo, amada en forma de vida, de Vida y Libertad.

Y hacerte consciente, crecer en esa consciencia de que en este instante estoy siendo amado. Porque cuando estás siendo amado, vas a ver a tu hijo y vas a decir estás siendo amada, estás siendo amado…

Y al sentir que estás siendo amado, estás amando, porque dar es recibir.

Entonces, para mí el enfoque estoy «siendo amado en este momento», totalmente amado, es la vía directa más importante de todas, ¿no? Reconocer que ahora mismo estás siendo amada. Pero por Dios, o sea, ¡¡Sin grietas!! Lo que ha pasado hace dos minutos, ¡¡no existe!! ¡¡No!! Y mientras estaba pasando, estaba siendo amada y apoyada por todo el universo, mientras me estaba enfadado, mientras estaba gritando y diciendo barbaridades, mientras hablaba de suicidio, mientras…. en ese instante se me estaba dando toda la herramienta y toda la confusión que yo quisiera porque dentro de mí está el Cristo gozando.

¿Gozo con la identificación con el ego? 

¡Sí! Si no, no lo elegiría, no habría libertad fluyendo por aquí.

¿Empiezo a sentir que mi gozo tiene más que ver con la Paz? 

¡Okey! tu práctica se hace cotidiana. Empiezan a surgir espacios en los que ya no tengo que estar con Jorge. Me doy cuenta que lo que crecía en mi interior, en una relación con alguien que me inspira, esta luz, ¡es a la luz misma! Lo que pasa es que esa relación es la única manera en la que yo podía acceder a eso dado que yo creo en la proyección. Y además el universo está creado de forma que una sola flor no pueda dar fruto. Es decir, a través de la relación, surge la creación. A través de la expresión de la unidad, surge la experiencia. O sea que las ideas con formas distintas se relacionan para crear experiencia. 

De forma que la auténtica idea es una Relación siempre, no un yo separado. Y una idea es una relación, y un yo es una relación. Y entonces en tu día a día va creciendo la devoción. Va creciendo el gozo sentido de lo que te apetece es pararte y sentir; porque no comprendo, porque cuando canta un pájaro siento alegría, y no lo comprendo porque es el misterio de Dios.

¡¡Y quiero!! ¡¡Quiero bailar con ese misterio toda mi vida!! Siempre que quiero y no quiero a la vez, siento dificultad. Mira un ejemplo: si tú vas con una persona y le dices ahora: 

Quiero comprar tu casa.

Y él dice: 

Muy bien, te la vendo. 

A esto se llama facilidad. Pero si yo le digo:

Quiero comprar tu casa.

Y él me dice:

¡¡No te la vendo!!

Esto se llama: jopé qué difícil va a ser comprar esta casa. Pues dentro de ti imagínate lo mismo:

  • Yo quiero dejar de fumar… pero no quiero dejar de fumar… 

«¡¡Jopé que difícil es dejar de fumar!!» 

  • Yo quiero olvidarme de mi ex… pero no quiero olvidarme de mi ex… 

«¡¡Jopé que difícil es olvidar a mi ex!!»

¡¡Esto es un Curso de unidad!!  ¡¡Un Curso de integridad!! Tú decías el otro día: ¡No se trata de ser honesto, no se trata de ser uno, de ser íntegro… Ser trata de ser sinceroSincero es una palabra que etimológicamente significa ser uno. Ser sincero, es ser uno.  ¡¡No 25.000 Yoes… 1!! Cuando digo es difícil, estoy diciendo: No quiero íntegramente. ¿Sabes para qué sirve el pensamiento solitario? ¿El pensamiento separado?  Sólo sirve por si yo quiero gozar identificándome con ese pensamiento, y al identificarme con él, entonces sentirme un yo separado.  Solo sirve para eso, ¡no tiene ningún poder sobre ningún acontecimiento!  ¡No tiene ninguna realidad en ni uno solo de los conceptos que expresa!

¡No tiene ni verdad ni poder solamente tiene una utilidad! Es una cinta grabada por sí quiero identificarme con un Yo separado. Es un sustituto de mi relación con Dios. Ees un Dios privado al que escuchar, adorar y dejar que eso modele mi sentir, mi percepción de mí mismo, mi consciencia. 

¡Esa es la única razón de que ese pensamiento esté ahí!  Es una oferta que me hago por tiempo limitado para identificarme con un Yo separado. De los retiros míos, quedamos un montón de gente y nos juntamos, y nos tiramos pues una cantidad variable de días, entre 2 y 6, sin nada que hacer en todo el día.

Sólo contemplamos, charlamos y estamos en exquisito silencio, para darnos cuenta de que no hay nada que hacer. Y hablamos mucho de la exquisitez de sentirte un perfecto inútil. Y nos recordamos: 

¡Yo soy un perfecto inútil para la ilusión! ¡Un perfecto inútil para el mundo y mira que ha pasado toda la vida intentando ser útil!

Intentando hacer cosas para el mundo, para mi hijo, para mi marido, para… Y aquí me dio cuenta, de que Dios me ama, y soy mucho más consciente de que me ama siendo un inútil.

Entonces te aconsejo que te permitas espacios a lo largo del día, en el que te sientas una perfecta inútil. ¡Pero perfecta! ¡No te vayas a imaginar ni por un instante que tiene alguna utilidad nada lo que haces!

¡Ni nada de lo que piensas! ¡Ni por un instante te engañes! Su utilidad es perfecta, pero tú además eres perfecta. Eres perfecta. La perfecta expresión de Dios, perfectamente inútil para un mundo de chorradas, perfectamente inútil para un mundo de ilusiones, para un mundo de culpas, para un mundo de trabajos… Y ahí en esa inutilidad total y perfecta… ¡¡Ahhh!! Sentir que estás al servicio. Al servicio toda tú, con tu perfección, con tu completitud.  Sin dejar un espacio para:

Ay, tengo que hacer esto… A ver si llego a esto…  Esto es bueno para él…  Por favor…  Gracias… 

¡Ni una grieta! Estás al servicio para abrazar la vida, para recibirle, para que me habite, para sentir. Para abrir este amor y expandirlo por toda mi mente porque estoy unido a todo, a cada piedrecita, a cada ser, a cada ser humano, a cada niño, a cada anciano.  Estoy unido a todo, y cuando estoy amando, les llego, les llegó, les llego porque soy yo.

O sea que te recomiendo por favor que te unas a los inútiles.

El ego es una creación mental.

Es: voy a vivir mi experiencia con miedo, es decir, con separación, es lo mismo.

Y esto genera un pensamiento separado con el que me pueda sentir solo, y poder sentir miedo y separación. 

Entonces naturalmente estoy valorando este pensamiento. Estoy dejando que me lleve, lo estoy cabalgando por el gozo de sentirme solo, de sentirme separado y de sentirme una entidad que se tiene que ocupar de sí misma.

Y estoy en ese gozo de creerme una identidad aparte, que se tiene que ocupar de sí misma mientras los pájaros están cantando sin saber qué es la comida, simplemente tienen hambre y comen.

 

ARANTXA CARRERA

 

Aquí justo, tú me hablas de que se está gozando con el ego, pero yo eso no lo siento, yo lo que estoy sintiendo en ese momento es quiero acabar con esta situación, sin embargo hay como un trasfondo del disfrute, de qué bueno ¿no? Qué bueno esto que me estoy dando, pero eso no lo ves… ¿Hasta cuándo? ¿Cuándo empiezas a discernir?

 

JORGE LOMAR

 

Cuándo empiezas a darte cuenta, que al fin y al cabo, es tu deseo lo que está moviendo toda tu emoción, y sin tu deseo no crees en las cosas; y si crees algo es porque lo deseas; y si lo deseas, es por tu creencia.

Fe y voluntad es lo mismo, y estoy creyendo en todas mis valoraciones, todas las cosas a las que estoy dando importancia, porque me da la gana y este deseo no es otra cosa que gozo, que al final está tan condensado, tan identificado, y tan pequeño, que yo siento hasta la locura de la ansiedad, de la depresión, del infierno que quiera inventarme.

Y eso mismo es el motivo por el que me doy cuenta de que finalmente me he equivocado totalmente y no estoy expresando quién Soy.

Y eso que estoy expresando necesariamente tiene un fin.

Y es el fin lo está anunciando el sufrimiento, porque el sufrimiento es un grado de muerte, es un grado de fin qué está diciendo qué todo engaño, tiene principio y fin.

Lo único que no tiene principio y fin es la Verdad.

Todos los engaños tienen principio y fin, porque todos los engaños son identificación con la forma y toda forma, todo tiempo, tiene el principio y fin.

El sufrimiento está anunciando el fin, y el fin, es miedo. Te produce miedo, te produce apego.

Entonces ya sabes cómo estás fabricando con tu deseo, el miedo, el apego, y ves que el Cristo es gozo. Y yo gozo más estando en paz. Gozo más en la libertad, consciente de mi libertad, sin crear algo externo que me obliga, sin crear reglas y programas que me obligan, gozo más. Esto significa que ha acabado mi experiencia del gozo limitándome.

Y solo van surgiendo oleadas de miedo, de apego, que en otros niveles de mí están, y por tanto necesito tiempo, necesito atravesar situaciones en las que estas cosas salen a flote.

Y me hago totalmente responsable de ellas. Para permitirlas con amor. 

A final permites la muerte, con amor, con total confianza.

¡Es cada gesto el perdón! Cada gesto del perdón, estás permitiendo la muerte con total amor, la muerte del ego Cada instante que dices: 

«¡Me rindo! ¡Cómo voy a pensar esto!»

Estás rindiendo el falso Yo. Es todo un entrenamiento para poder permitir tu propia creación, para abrazarla, para ser el amor que sana el mundo. Es un cambio de mentalidad tan tan profundo esto de entregarse al gozo que es entregarse al Cristo que es el que goza. El Hijo de Dios solo tiene un sentido para existir: es manifestar el gozo de Dios, de la expresión de Dios. Por eso mi Curso más más profundo se llama expresión. ¡Expresión! Es la expresión. Eres la expresión de Dios el cambio de mentalidad, de decir, si yo soy la expresión de Dios todo me viene dado.

Porque desde lo profundo de mi mente, he elegido cambiar la causa de mi existencia, y por tanto, no me tengo que preocupar de nada. En vez de pensar con un pensamiento separado como tengo que ganar dinero, yo estoy centrado en deshacer el engaño y siempre recordar que soy la expresión de Dios. Y me pongo a escuchar como la forma me ofrece una manera de vivir en relación con todo sin que me falte de nada.  Es un cambio de mentalidad tal el de vivir en la abundancia auténtica, en la presencia divina, es el precio de la presencia del amor que requiere una vuelta constante, un eco o un rebote del pensamiento de miedo, están deshaciendo todo tu concepto de ti misma.

 

Por eso no tienes que hacer nada, por eso perfecto inútil. Es que las palabras en el fondo tienen más de lo que parece porque:

 

  • Culpable, digno de ser culpado.

 

ARANTXA CARRERA

 

  • Amable digno de ser amado.

 

JORGE LOMAR

¡Qué distinto! ¿Ves? Qué un patrón de formas de comportamiento digno de ser amado.

Qué he gritado, que me he caído al suelo, que había hecho una herida… amable.

Qué me he disfrutado jugando con el ego… amable.

Qué me enfadado con tal, que le he pegado… amable.

Amable eres el amable, la amable.

 

ARANTXA CARRERA

 

Volver a la inocencia del niño que no sabe que es, constantemente. Recuperar esto…  

 

JORGE LOMAR

 

¡Claro!

 

ARANTXA CARRERA

 

Aunque te encuentras en situaciones en las que te digan: «¡Qué te pasa, qué estás lela!» ¿No?

 

JORGE LOMAR

 

¡Gracias a Dios!

 

ARANTXA CARRERA

 

¡Estoy lela y soy cada vez 100 por cien más inútil! Jajajaja

 

JORGE LOMAR

 

¡Inútil y amable! Jajajaja

 

ARANTXA CARRERA

 

¡Qué bueno Jorge!

 

JORGE LOMAR

 

¡Muchas gracias Arantxa! 

 

ARANTXA CARRERA

 

Madre mía, ¡no tengo más palabras que Gracias

 

JORGE LOMAR

¡A sentirlo! No te vas a imaginar por ni un instante que son cosas que han salido de Jorge, no te lo imagines eso, imagínate la verdad que se te está dando y siéntela, y expandela, y haz que llegue a todas partes. Gracias Arantxa.

 

ARANTXA CARRERA

 

¡Un abrazo muy grande Jorge! ¡Gracias!

Jorge Lomar para Matriz del Cambio

14. ¿Pone la Luz límites a la Oscuridad? Por Jorge Pellicer

14. ¿Pone la Luz límites a la Oscuridad? Por Jorge Pellicer

Extracto de EL PISOTÓN DEL UNIVERSO. MANUAL TÉCNICO DE SUPERVIVENCIA EN LA ILUSIÓN.

25 enero 2020

 

JORGE PELLICER

La consciencia, el camino de consciencia, te lleva a darte cuenta a, cada vez a un nivel más profundo, ¿desde dónde me estoy expresando, y qué es lo que estoy expresando? 

Aquí estoy hablando de un propósito interno.  Estamos hablando de un sistema de pensamiento. ¿Desde qué sistema de pensamiento me estoy expresando? 

Tú dices, «siento una necesidad imperiosa de expresarme porque si no me expreso me muero». ¿No? Y ahora es, bien, ¿Qué es lo que expreso a nivel profundo? 

Esa necesidad de poner un límite, en realidad, es un camino de honestidad. En lugar del límite, es honestidad. 

 La honestidad te lleva, como te decía antes, es: ¿desde dónde me estoy expresando? Tú estás diciendo: quiero poner un límite. En realidad lo que quiero es estar en paz conmigo, en realidad lo que quiero es una disolución de la culpa. Por eso digo: ¿desde dónde me estoy expresando, desde qué sistema de pensamiento? 

Si yo estoy, si me encuentro mal, si me encuentro ansiosa, y me encuentro nerviosa, me estoy expresando desde ahí. Y ahora lo que quiero es que se me deje tranquila, ¿vale? 

Es, lo que estoy expresando es… ¿desde qué estado? Estoy en un estado de preocupación, estoy en un estado de nerviosismo, y me comunico desde ese estado. ¿Para qué?

Para decir: «Déjame» pongo un límite. «Déjame en paz, ahora no quiero saber nada de esto». Bien. Ahora es, ¿desde donde lo estoy expresando? ¿Qué es lo que estoy expresando? y… ¿Para qué lo estoy expresando? ¿Qué es lo que estoy sintiendo? 

Yo te entiendo perfectamente. Que es, cuando uno tiene un problema, siente que tiene un problema. Mejor dicho, “cree” que tiene un problema. Toda su energía y su enfoque mental está dirigido a ese problema. Cuando tengo tanto problema surge una necesidad de supervivencia, ¿de acuerdo? 

Es, todo me sobra. Tengo que enfocarme plenamente en este asunto y dejo lo demás como apartado. No es que lo que te está pasando… Tú dices: Quiero poner un límite, pero, en realidad, lo del límite no surge desde este estado. Ese límite, en realidad, es un proceso de honestidad y de inocencia contigo misma.

Es decir, ¿como pondré el límite? 

El límite no lo pones tú, a nivel horizontal, desde el cuerpo y la persona El límite se expresa naturalmente cuando hallas tu inocencia. Si tú dices: quiero aprender a poner límites, yo te diría: «Halla tu inocencia y deja que sea ella la que se exprese y reorganice absolutamente todo, para que no tengas que ponerlos». 

Entonces, imagínate; Si tú sientes tu inocencia con tu proceso, tú estás en un proceso de, cómo dices, siento que debo abrirme al amor, pero no hago las paces con esto, porque creo que tengo que atender todos estos frentes. Por tanto, me siento culpable de no darles lo que me piden que les dé; soy culpable si no les doy lo que me piden. 

Cuando yo empiezo a amarme, a perdonarme, que significa reconocer la inocencia de este proceso natural, donde voy abriéndome a mí mismo; qué significa que empiezo a aceptar mi inocencia, eentro de Un Curso de Milagros sería: me perdono. Perdono es: me libero de la culpa, porque una parte de mi mente me está diciendo que tengo que atender a eso para mantener el amor. 

Y, entonces, me niego a mí misma para darme, creyendo que voy a obtener de eso lo que busco. En este proceso de inocencia, cuando empiezo a aquietarme y a saber mi inocencia, a reconocer la inocencia impecable de mi ser, entonces, ¿qué pasa?:

Que desde aquí, ya no actúo desde el ataque, ya no me defiendo.

Es lo que tú decías: ¿Cómo me expreso? ¿Cómo pongo el límite? Y digo, no digas: necesito mi tiempo, qué puedes decir, obviamente. Pero deja que desde tu inocencia se exprese. Porque desde tu inocencia todo está empapado de inocencia. Por tanto, el camino que se despliega y se organiza, es, desde el estado de inocencia tuya, no desde la rabia.

Que puedes… puede uno hacerlo, perfectamente y sin problemas. Puede uno decir: Basta, no quiero esto. Pero el tema es, ¿desde dónde lo estoy haciendo?

Dicho de otra manera, a medida que yo acepte mi inocencia en el proceso, empezaré a reconocer que ya no tengo que buscarla haciendo al otro sentirse bien que es lo que pasa.

¿Pero qué pasa? Que como yo quiero, voy hallando mi inocencia, voy naturalizando todo este camino, voy sintiéndome inocente y cada vez que vaya tocando esta inocencia, voy expresándome desde ahí.

Tú dices: he hecho las paces conmigo en este proceso, ahora mismo, estoy abriéndome al amor. Y está bien, y hago las paces, y soy inocente, y no soy culpable por dirigir todo este enfoque a mí mismo. 

Me perdono, soy inocente, no tengo que hacer méritos, no tengo que conseguir nada. Hallo la inocencia de mi ser. Pero desde esta inocencia he hecho tanto las paces con mi proceso, que ¿cómo me voy a comunicar con el otro? Yo ya he hecho las paces con esto y estoy en paz. ¿Cómo voy a expresar?

Es decir, «entiendo lo que dices, pero respeto mis tiempos y mi momento». Y te entiendo perfectamente. Pero respeto mis tiempos y mi momento. «No puedo darte algo que yo no sienta». «No puedo expresar esto si no estoy ahí».

Entonces, tras un proceso de perdón e inocencia conmigo mismo, me expreso desde ahí. Y es lo que tú llamarías un límite en el plano horizontal. Pero jamás en la verticalidad se ponen límites. Sí que se expresan desde el estado que habito, ojo!

Imagínate, voy a ponerte otro ejemplo, paralelo, para que se entienda esto de los límites, vale? Que es muy interesante…

¡Imagínate que confías plenamente en tu hijo o tu hija; completamente! Ves el Dios en ellos; Ves su capacidad ilimitada. Los ves rebosantes de vida y rebosantes de los talentos de Dios en ellos; de alguna manera tu certeza, tu visión, tu claridad con respecto a ésto está poniendo todos los “límites” a lo que va a acontecer. Pero tú no lo vives jamás como un límite. A esto lo llamo la autoridad de ser. 

 Es la firmeza de Dios. Es decir, veo sólo Dios. Sólo veo Dios en ti, entonces, ¿qué pasa? Que no estoy viendo otra cosa. Si sólo veo Dios, no estoy viendo otra cosa. Imagínate que este niño, es un ejemplo sólo, empieza a decir lo mal que hace las cosas, y lo que no puede, o que no se siente capaz… Tú desde tu estado, y tu claridad de certeza, ya has puesto límite ahí. Ya has dicho que no entras ahí, y ya has dicho: no puedo no verte capaz. Por tanto, la expresión que surge de mi estado de consciencia y visión interna es una de certeza en ti. 

Por tanto, hay cosas que dirás desde ese estado, afirmarás desde ese estado, actuarás y extenderás desde ese estado. ¿Aquí qué pasa? Que no reafirmas la creencia y la ilusión del otro, ni la tuya, que es la tuya, no la reafirmas. Entonces, si lo viésemos desde el ángulo de la horizontalidad, uno desde ese análisis simplista y superficial diría está poniendo límites. Pero desde tu verticalidad, dirías: «¿cómo voy a poner un límite si lo que estoy viendo es a Dios en él?». Si a eso le llamas límite, si se está expresando naturalmente… porque estoy diciendo no un sistema de pensamiento sin decirle no.

Esto es como ¿pone la luz límites a la oscuridad?

Es que la luz cuando se acerca se disipa. Desde el plano horizontal, podríamos decir: ¿ves la línea de corte entre la luz y esa penumbra? Hay un límite ahí. No no, es que no hay límite.

Tú acerca la luz y verás como desaparece el límite, pero, a un nivel superficial ves dibujado un límite. 

Y por eso muchas veces se dice: pon tus límites. Desde esta línea diría: accede al estado y deja aquí que el mismo estado tenga su forma de manifestarse, de expresarse. Así que el límite de alguna manera, o la expresión -que me gusta a mí decirlo- surge de manera natural, no conductual.

La mente es el medio de expresión del espíritu, ¿de acuerdo? O sea que la mente no es mala. La mente es una fiel servidora, que sirve a tu corazón, que sirve al espíritu, que da servicio. Es un medio. 

Es el medio a través del cual extiendes el amor. Por tanto, cuando se habla de la mente es el problema… ¡no!. Hay que diferenciar entre mente y sistema de pensamiento, ¿de acuerdo? 

Porque se habla del sistema de pensamiento del espíritu, perteneciente a la mente.

Entonces, la mente está el servicio. Cuando tú la pones al servicio del espíritu, entonces expresas y canalizas el ser que eres, el Dios que eres, ¿de acuerdo? 

Entonces tú dices ¿la inocencia se recuerda con la mente o se vive con el corazón? 

Es que es lo mismo. No se puede separar, porque cuando la vives con el corazón, has puesto la mente al servicio, para que la vivas. Sólo que parece que no; porque has dicho: sólo la estoy sintiendo. Y digo: sí, pero para sentirla has utilizado tu mente, para entregarla, es decir, para rendirla, para que sea el canal o el medio a través del cual vivo, siento y experimento mi inocencia. 

Cuando sientes tu inocencia, has puesto la mente al servicio de la inocencia, sino no la sentirías. 

Has dicho «fin de cualquier justificación y defensa, lo que quiero es sentir y profundizar y traer al consciente la inocencia de mi ser».  

Todo esto lo estás haciendo a través del medio creativo que es la mente. El estado de no mente, en realidad no es preciso. Sería el no sistema de pensamiento de negación del Dios qué soy. 

Cuando la mente está tan limpia, que no ha superpuesto otra imagen, simplemente expresa el Yo Soy que eres.

Por tanto, siento la inocencia.

Podríamos decir que en ese mismo momento, dependiendo de las etapas en el que uno se halla y se crea, la mente empieza a traer al consciente un silencio interior, que es el ser que soy. Y sobre ese ser empieza a emanar, empieza a abrirse la mente, la mente se abre, mentalidad abierta,… profundiza, es como, no deja hueco, no hay otras cosas que interfieren; simplemente está al servicio, mirando. 

La mente mira. Entonces, cuando mira, está al servicio de aquello de lo que quieres mirar. Por ejemplo, si miro la inocencia de mi ser, la mente se convierte en el medio a través del cual miro la inocencia y emana la inocencia. Entonces has unificado mente y corazón. 

No puedes no unificar; no es una cosa de mente y otra corazón, es que van juntas, es que no puedes…. «mente a ti no te voy a hacer caso; ahora voy a hacer caso aquí».

Es imposible. No puedes salirte de la única mente, como dice Un Curso de Milagros, Dios es la Mente con la que pienso. 

Entonces, sólo yo gobierno “mi mente” dice el curso. La pongo al servicio del Espíritu. Entonces, ¿qué significa? Siento la inocencia de mi ser. Cierto es que la inocencia no es un pensamiento, ni es un constructo mental, ni es una imaginación. 

La inocencia es un hecho. Es el hecho de tu presencia. Es la presencia desvinculada de todo constructo mental de falsa identidad. 

Es cuando voy en la verticalidad y hallo el Yo Soy que soy permanente libre de toda idea, y libre de expresarse en toda idea. 

Y cuando hay ese centro, esa columna vertebral, que es Dios mismo, es la presencia de Dios. Es ahí donde hallo la inocencia. 

Es en este ser impecable donde hallo la inocencia con el que soy uno. Y ahora surge este proceso consciente de unificarte, porque si tú, imagínate que vas hacia adentro, y hacia adentro significa hacia el ser que soy, hacia la consciencia de mi presencia, y tú en tu presencia hallas inocencia, la siguiente pregunta es: ¿y cuánta distancia hay entre tú y tu presencia? 

Y tú dices: ¡Soy yo misma! Pero hay veces que la percibo como algo en mí y hay veces que unifico. Digo, pues bienvenida a la danza entre Padre e hijo. Es la relación santa entre tú y tu Yo Soy donde dices «la inocencia de mi ser y yo, somos uno».

 «¿Pero aquí quién está hablando? ¿Hay dos?» Pero si todo esto es verdad… claro, como estamos expresando con la palabra, y la palabra ya es símbolo, implica horizontalidad. Cuando tú dices la inocencia de mi ser y yo somos uno, por tanto, he aquí la inocencia de Dios, por tanto yo soy la inocencia de Dios aquí presente. Te unificas. 

Y todo esto que estoy comentando con palabras, es una vivencia interna, donde he puesto la mente al servicio del espíritu. He mirado la inocencia impecable de mi ser, me he sentido unificada con ella, me he asociado y unificado en relación, y ahora yo lo soy y Dios se comparte conmigo. 

Así que ahora el Padre y yo somos uno, y su inocencia es la mía y la mía es la suya.

Por tanto, en todo este proceso es cuando, al unificarme, se extiende. Y ahora, es cuando la extiendo en el plano horizontal. Cuando la he hallado en mí, y se expresa naturalmente. 

 Y aquí es donde, como te decía antes con respecto a los límites, es ella misma la que se expresa. Muchas veces se dice: me hago a un lado. No es que ya me he hecho, ya me he unificado, ya me he hecho a un lado, es que ya estoy siendo la inocencia perfecta. 

Por tanto se está expresando naturalmente. Tu mente se ha unificado con el Espíritu.

Entonces, «me han preguntado y me he sentido atacada», ¡no!, ha sido una invitación para que te reafirmes en tu inocencia, para que todo este proceso que te acabo de decir, lo vivas. Pero al tener dudas con respecto a mi inocencia y creer que mi inocencia tiene que defenderse, y que es un constructo mental…

No es porque sí, no observo, no escucho esa palabra…

Voy a mi templo interno, voy a mi ser y digo: ¡Ah qué inocencia perfecta! Es que nada llega, nada irreal existe, y nada real -la inocencia- puede ser amenazado. Entonces descansas en la claridad. Has utilizado la energía de la ofensa y la has “alquimizado” y transmutado en el reconocimiento de tu inocencia. Has transmutado los metales en oro. Has utilizado la energía para santificar, para reconocer tu santidad. 

Por tanto ya no hay ofensa. Se expresó algo, canalice esa energía y la transmuté en el reconocimiento de mi inocencia. Me maravillé, me expresé y me ví desde ahí. Esa es la respuesta alineada. Tú dices: «¿de dónde viene esto?» De un sistema de pensamiento. Hay dos., el sistema de pensamiento del espíritu o el del ego. 

Entonces, ¿de dónde viene esta herida? Viene del propósito, que es el sistema de pensamiento, del deseo oculto que es el propósito y el objetivo de negar lo que soy; sólo es eso.

Jamás de los “jamases” vino del pasado. Jamás. No puede existir. No puede ser. Viene de que yo, ahora, inconscientemente, estoy sosteniendo un propósito de no ser. Deseo no ser quien soy. Y esto se llama: la separación de Dios. Me separo de mi inocencia mentalmente. Me separo de mi valía. Pero la separación no puede ocurrir porque tú eres. Entonces me disocio con lo que yo soy y vivo una experiencia de no ser. Así que siendo inocente, me experimento no inocente, culpable, porque estoy negando ahora mismo la inocencia de mi ser -su efecto-.

Pero fíjate, tú estás hablando de un patrón sostenido ahora, y vamos a hablar de la horizontalidad, que cuando eras pequeñita, el mismo patrón estaba activo. Si hubiésemos estado comentando ésto y nos remontásemos a cuando tenías 4 o 5 años, la conversación es la misma. O sea que podríamos decir, que la conversación es siempre la misma, hasta que suelte el patrón. En ese mismo momento, previo a pasar esa escena, hubiésemos comentado lo mismo. Tu inocencia está garantizada.

Es como… no va a ocurrir algo.

El mundo es efecto, no es causa, así que no pasó eso y luego yo lo incorporé. Es que ya estaba activo en mí y se mostró, y yo lo reafirmé.

Por tanto dices: «Ahora me vienen recuerdos»… y, sí, eso es normal. Te van a venir recuerdos posteriormente para comprender: qué estoy sosteniendo ahora. Si yo tengo una piedra azul desde pequeñita, y ahora…la tengo sostenida, ¿no? y ahora digo: mira estás sosteniendo una piedra azul. Y dices. No, no, es que esto es de la piedra que sostuve en la infancia. Digo: es la misma piedra. Si la sueltas en el pasado, ahora mismo no la tendrías en la mano. Y si la sueltas ahora, en el pasado no la tendrías. 

Porque el tiempo está dentro del ahora. Es decir, cuando yo perdono mi infancia ya no hubo nada que perdonar. Por lo tanto, mi ahora es libre de culpabilidad del pasado. Ahí está lo que hemos hablado muchas veces: todo el tiempo está contenido dentro del ahora.

Esto es muy importante. Sólo hay ahora. 

Me dices: ¿Quieres decir que cuando yo perdono, en la línea de la horizontalidad, se limpia por completo y ya no hay nada que perdonar? Sí. 

¿Quiere decir que si esa piedra azul la suelto, que si esa niña pequeñita la suelta, ya no tiene la piedra azul? Sí, así es. 

Es que la horizontalidad, si propongo para representar en la cruz, la horizontalidad no es un símbolo preciso, en el sentido que la verticalidad es omnipresente y la horizontalidad está dentro de la verticalidad. Normalmente se representa así, ¿verdad? (Hace con las manos el símbolo de la cruz). 

Parece como que hay dos extremos de la horizontalidad que sobresalen de la verticalidad, ¿no?, no es así. La verticalidad es omnipresente, y la horizontalidad está dentro de la verticalidad. 

Por tanto, en realidad no hay una cruz. La cruz está dibujada dentro de la verticalidad. ¿Qué quieres tú decir que la vertical es ahora? Sólo hay ahora. Y ¿el pasado dónde está? Ahora. 

Por eso cuando suelto un viejo resentimiento todo mi pasado se ha sanado. Porque el pasado está contenido ahora. Entonces, yo ya no tengo acceso a ser víctima. Es decir, no puedo ser víctima en un momento si ahora soy inocente.

Si soy inocente, toda mi línea horizontal se ha sanado. Tanto pasado como futuro, porque ambos están contenidos en el inocente ahora absoluto. Por eso es: ni tu inocencia vino del pasado ni tu culpa vino del pasado. Es un propósito que estoy sosteniendo ahora. Y tan pronto lo suelte, se llena toda mi horizontalidad, de la frescura del momento presente; de los atributos de Dios.

Así que cuando ahora suelto la culpa se disuelve en toda la línea. 

Pero es verdad que hay veces que se vive de esa manera, que vienen recuerdos, cuando la suelto, de aquellos momentos cuando me sentí culpable. ¿Para qué? Para que los envuelvas en la luz de tu inocencia ahora y reconozcas que nunca pasaron, porque nunca fuiste culpable.

Por tanto, la ilusión se disipa y sólo queda la verdad en tu consciencia.

Muchas veces estamos viviendo un proceso interno… y estamos tan absortos en él, que quien viene nos molesta.

Entonces, una manera muy muy bonita, que es la honestidad y la expresión, es… en lugar de… (porque forma parte del mismo proceso de inocencia, ¿vale?, es como que está unido, pero, como tú dices: ¿cómo se puede expresar en la horizontalidad de una manera clara? 

Pues, es esta la respuesta:

Cuando tú al otro lo incluyes, en lugar de lo separas, te nutres de la inclusión.

Cuando tú te relacionas con el otro, en lugar de rechazarlo, es decir, en lugar de decir: -«espera, espera, que ahora…» Esto es un ejemplo, ¿vale? Pero en lugar de decir: «espera, espera, que no estoy para ti»…

Si tú, dado que en la forma hay una persona con la que compartes, esta viene a ti y te pregunta, es muy bonito poder expresarte y decir: «mira ésto es lo que me está pasando ahora mismo. Ahora mismo he tenido una discusión con tal, y ya tocaba algo importante, ahora empiezo a darme cuenta de esto…»

Yo me he dado cuenta de que muchas veces cuando expreso, lo estoy, en lugar de analizando para mí mismo y para mis adentros, lo estoy expresando con el otro, que ha venido a escuchar lo que estoy viviendo. No tiene nada que ver con nadie, es una cosa conmigo, pero dado que estás conmigo, estoy expresando. 

Y, hay un puntito aquí muy interesante, que es, simplemente estoy narrando lo que está aconteciendo en mi interior. Es como una narración, ¿sabes? No es que te metes en el ajo. Es como un comentarista que está narrando algo. Tú te posicionas en la posición “comentarista”y es muy útil. Y empiezas a narrar al otro, con una sencillez, todo el proceso que estoy viviendo donde no estoy haciendo culpas a nadie, simplemente estoy narrando lo que estoy viviendo.

¿Entonces qué pasa? Que aquí no vas a sentir nunca esa invasión porque estoy narrando; porque es como que estoy comentándote algo. Mira, «está pasando esto, estoy viviendo este proceso, y se ha comentado esto; y ahora mismo estoy dándome cuenta de cómo ha tocado esta idea.» es una especie de narración. El otro escucha, el otro te siente. -«No puedo estar contigo»- No: «Es que ahora mismo siento algo en mí que me está llevando; me está llevando a irme para adentro. Es curioso porque es como un pensamiento que me lleva a querer estar recluido para sanar algo». ¿Qué estoy haciendo? Estoy hablando contigo de una narración interna. ¿Te das cuenta? ¡Qué pasada! ¿Sientes la apertura de una puerta nueva. Una opción nueva, donde narras? Sólo vivir la narración de lo que está ocurriendo. Pero hay un acto, una actitud y una acción de darte al otro.

Entonces, el otro está contigo y se convierte en un encuentro santo. ¿Por qué? Porque estás compartiendo algo profundo en tí. Estás verbalizando; estás compartiendo con el otro algo; estás comentándolo, pero desde una inocencia. No estás haciéndolo para que el otro te dé una palmadita, o te diga: no pasa nada. Tú eso lo sabes. Lo estás haciendo como un símbolo de unión con el otro. Donde simplemente estoy expresando lo que siento. No necesita ser expresado. No es mejor ni peor.

Simplemente, dado que me has preguntado, estoy compartiendo contigo con una inocencia y una naturalidad absoluta algo que está ocurriendo que a lo mejor en un minuto desaparece; pero ahora que me has preguntado, lo comparto contigo con esa naturalidad con esa inocencia y con esa honestidad. Eso te une. 

 Muchas veces en este camino, todos lo compartimos… y vemos un proceso … como si fuésemos bipolares.

Hay una alegría inmensa y un cabreo inmenso. La pareja se vuelve “loca” porque como no está ajena a todo esto; dice: «no entiendo nada»,; o sea hoy estás así y mañana así. No sé por dónde pillarte. Es como una locura. «¿Qué te pasa? Estás poseído por él por el bien y el mal.» Como… de repente no sé con cuál te va a tocar hoy. Por eso contaba lo de lo de la naturalidad a la hora de expresarte. 

He aprendido, gracias a todos esos procesos de “bipolaridad” a ver la simplicidad, que tratamos de excluir al otro para resolver algo, cuando podemos compartirlo. Entonces no entraríamos nunca en esa bipolaridad, de hoy-bien, mañana-mal. El otro te ve y sólo aparece en la escena “el que está alegre” y luego aparece en la escena “el que está mal”  y de repente es… ¡no hay un intermedio! Mientras que, cuando tú compartes siempre estás compartiendo, estás incluyendo ambos en un mismo marco. 

Entonces cuando estás mal, estás compartiendo algo que está viviendo Y cuando estás bien, estás compartiendo tú, desde algo que estás viviendo.

Ves lo unificado que es esto? El otro te conoce más completamente, en lugar de tan fragmentado. 

Estoy conectado con Dios porque estoy alineado; y de repente es como: “Guau! Cueva!” Y es natural el proceso, pero tú dices: ¿cómo lo normalizo? ¿Cómo se disuelve? Dándote, compartiéndote, expresándote, naturalizándolo, sabiendo que no eres ni uno ni otro; sino aquello donde todo eso está sostenido.

La pareja te ve en todos los momentos, ¿no? Y es cuando tú dices, mira, que te vea que no te escondas en los procesos internos, que simplemente los narres, que sepas que no eres tú, simplemente estás viviendo esto. 

Entonces, ¿qué pasa? Que esto os une. Es una actitud de compartir.  Y la actitud te une. No te “saca” así todo el rato, sino que el otro dice: ¡ah, vale! Todo esto esta es una danza que está ocurriendo dentro de su inocencia, dentro del ser que es. Pero ahora veo, ya está el marco desde donde están actuando estas dos polaridades.

Se trata de ser naturalmente lo que soy. 

El proceso es reconocer que lo soy para luego serlo naturalmente. Cuando algo es natural, no tiene que hacer esfuerzo, es natural. Tú no tienes que hacer un esfuerzo, en el ejemplo, para para ser mujer todos los días; no tienes que levantarte y ponerte un disfraz. No hay esfuerzo, es algo tan natural y asumido, que lo vivo naturalmente.

Entonces, eso es lo que hay que naturalizar, es decir, tu presencia Yo Soy, hacerla natural. Reconocerte ello; y dejar de sostener otra imagen. 

Pero, al principio, es un camino de asentamiento, de poner la mente al servicio, de colmarte, de descansar ahí y de mirarte. Poco a poco, vas identificándote con tu verdadera identidad. Es decir, voy aceptando lo que yo soy, tal y como Dios me creó- diría el curso (UCDM). 

Pues eso es lo que empiezas a ver. Y ahí cada vez más, cuando se vive esa identidad-Identificación con lo que eres, surge esa manera natural. 

Es lo que tú dices, no voy a tener que sostenerlo. No.

Acuérdate que el camino para resumir todo y simplificarlo todo al máximo.

El camino único…, aunque hables conmigo, hables con el otro, hables con no sé quién, leas un libro, ahora aparece no sé quién, y ahora parece no sé cuánto… Todo se simplifica en una cosa; una, una sola: Tú ya eres lo que anhelas. Tú ya eres la inocencia perfecta, realmente. Eres una entidad espiritual completa y perfecta. Tú ya eres la valía perfecta. Tú ya eres la abundancia completa. El camino solamente es de aceptación. No de conseguir, no de alcanzar, no de comprender.

 Si hay algo que tiene que ser comprendido es únicamente que yo ya lo soy.

Así que todos los mensajes tienen que señalarte lo que ya eres. 

 Y el camino del espíritu no es más que uno. Donde paso de negarlo, de negarme a aceptar lo que soy.  Y ahora, todo lo que hablemos, está subordinado a eso.

Jorge Pellicer para Matriz del Cambio

13. «Conectarnos al Cosmos a través del Sentir Profundo» por María Lobo.

13. «Conectarnos al Cosmos a través del Sentir Profundo» por María Lobo.

Extracto de EL PISOTÓN DEL UNIVERSO. MANUAL TÉCNICO DE SUPERVIVENCIA EN LA ILUSIÓN.

23 enero 2020

 

MARÍA LOBO

Cada uno de nosotros tenemos un don que te viene donado.  Donado significa que está dentro de tí. Que no sabes ni cómo funciona, pero que Es. ¿no? Y que va por ahí, va por ahí va por ahí… El aporte genuino de cada uno de nosotros va por conectar con ese don, con ese con ese algo donado.

¿Pero qué ocurre? Lo que más observamos ahora es que para poder conectar con ese don y donarlo es muy importante quitarnos la personalidad, la identidad y quitarse del medio.

Entonces lo que ocurre aquí es que la personalidad, la identidad, empieza a ganarse los méritos, ¿no? A creerse, a creerse, a hincharse, a hincharse, a hincharse, … y es donde ese don, o ese talento, se desvirtúa, se distorsiona y al final pues se queda ahí; como yo llamo, como estancado, cómo podrido, como el agua que se queda retenida y aparece la frustración, y aparece un montón de cosas en bucle, que nos salimos de ello. 

Entonces lo primero de todo, para poder extrapolar ese don o ese aporte genuino, es conocer. Yo apunto a, igual que conocemos cómo funciona nuestro móvil o esta misma plataforma desde la cual estamos haciendo esta videoconferencia, es conocernos a nosotros y eso no nos lo explican en el colegio.

Yo lo llamo: conocer esta estructura espacio-tiempo, y esta estructura espacio-tiempo tiene mucho más que lo que vemos que es simple materia. 

Mi método consiste en el método de transformación cuántica porque cuando empecé a leer temas sobre la física cuántica, me dije ¡¡Woooow!! es la primera ciencia, que explica un poquito lo que yo siempre he sentido, que somos mucho más que materia, ¿no?

Tenemos muchísimas más dimensiones. De bien chiquitina para mí era obvio.

Empezar por que esto sea natural. Cuando yo sé que tengo muchas más dimensiones de las que ves aquí, empiezo a utilizar a saber manejar todas estas dimensiones y de ahí no me pierdo. Es claro, es como una mesa con cuatro patas. Imagínate funcionado sólo con la de la materia, no es una pata, la mesa al mundo no va a servir ni para apoyar ni un vaso ni para sostener nada.

Eso es un poco lo que está pasando con la humanidad, llega un momento en que esto no da más de sí, ¿no? 

O activamos todo nuestro potencial conscientemente, lo que sería: «Eres una persona, eres un ser multidimensional», y vamos a ver cómo manejarte desde esa multidimensionalidad, que no tiene nada que ver con lo que hemos conocido hasta ahora, y desde ahí todo ese don y ese talento, empieza lo que se llama el flow, las sincronicidades, el fluir…

Es todo un sistema, es todo un método de desaprendizaje más bien diría. Es desarprender porque lo más difícil es sacar a la persona de lo que cree, ¿no? 

«Veo esto y creo esto y ya está» ¡Uff!, y esto es un píxel como digo yo, un cuadradito, de todo lo que hay.

Empezamos por nosotros, por esta fantástica tecnología, que se llama cuerpo humano, que para mí es la más alta tecnología que existe, y esta tecnología es multidimensional, es cuántica. Esta tecnología procesa.  Imagínate que es como una antena, una antena con transmisores, receptora de la información, la tecnología. Es una antena con transmisores, receptores, una extensión de La Tierra. Somos minerales igual que La Tierra.

Pues claro estamos transmitiendo y recibiendo, transmitiendo y recibiendo.

Lo que ocurre es que esa transmisión, esa recepción de datos, se hace a través de ese sentir profundo.

Ese sentir profundo son sensaciones o emociones primigenias. Esas emociones primigenias, el ser humano a aprendido transgenizarlas, a colocar otras emociones que nada tienen que ver con el púlsar, con el primer púlsar que está sintiendo, ¿porqué? 

  • Porque se considera malo
  • Está mal sentir ira
  • La ira de la tienes que tragar    

Entonces hay una serie de distorsión…

Esas emociones primigenias son pura energía vital para ser funcionales. Y empezamos por ahí.  Empezamos porque hay un montón: la culpa y otras emociones, nos están tapando toda esa sensación, toda esa emoción primigenia.

Entonces, hay que, cómo picar ¿no?, picar a la persona:

«No es que me siento culpable» ¡no! Tenemos que ir mucho más allá… 

¿Cuál fue el primer pulsar cuando te pasó esto?

¡¡No!! luego ya lo razonaste y entró la culpa.

Por eso digo que es más bien como tirar del hilo y desaprender, porque en estas emociones primigenias está la información para que tú seas luego funcional.

Es una información ¡guau! del universo. O sea no es tuya, la estás simplemente recibiendo, descodificando y accionando.

Cuando nos sucede algo, lo primero que hace la Mente, (cuando hablamos de mente, hablamos más bien de memoria asociativa, de lo que creo de todo el sistema de creencias que tenemos, yo digo esto, memoria asociativa)…. Cuando nos ocurre algo que no coincide con ese mapa, que Dios sabe de quién es…. Cuando nos ocurre algo que no coincide con esas expectativas de esa memoria asociativa  automáticamente lo que hacemos es negar la realidad porque no coincide con este mapa de lo que se supone que me han contado que tiene que ser, ¿bien? 

Entonces, en el momento en que niego la realidad estoy negando mi sentir más profundo,  porque cuando yo tengo una realidad aparece una emoción que sería energía para hacer de esa realidad algo funcional, pero automáticamente se mete en mi memoria asociativa.«¡No, no, no! ¡Esto no lo acepto!» Y lo que hago desde la identidad es intentar manipular la realidad, para darle la forma que se supone que a mí me gustaría, ¿no? 

Esto pasa mucho, por ejemplo, en las relaciones de pareja de todo tipo. Imagínate, en las relaciones de pareja: ¿Cuántas veces tu pareja hace algo que tú crees que no debería de ser así? Entonces intentó hablar con él, trato de cambiarle para manipularle y que se adapte a este mapa que tengo. 

En el momento que hago eso, estoy totalmente desconectada de esa emoción primigenia, que venía para que mi relación conmigo y con el otro fuera más funcional. Esta energía la estoy utilizando en forzar. 

Yo utilizo mucho la metáfora del zapato de cenicienta. Es como si intentara colocar este zapato de mapa mental que no corresponde con esta realidad y encajarlo. Es imposible, al final la realidad siempre gana ¿no?

Por eso sufrimos porque…

  1. No aceptamos la realidad: Muchas veces tenemos esas actitudes como de niños caprichosos. 

Imagínate: Estás en un trabajo porque te viene bien económicamente. ¡Porque tienes que vivir de algo! Pero estás quejándote de tu jefe… ¡Ahí! ¿Ves? Hay una incoherencia… ¡Pero si eres tú el que aceptas este trabajo! Si no hay una aceptación de la realidad… lo he elegido yo, aunque sea por pura economía, que está muy bien…

Esa emoción primigenia son datos, es información, son datos cuánticos, son datos codificados. Por eso la siento, pero no la puedo explicar de momento porque está codificada esa información, pero si la siento. 

Ese sentir primigenio, si tú lo escuchas, al final terminan esos datos descodificándose y entiendes por qué no a ese trabajo, en este momento no es lo que realmente quieres.

¿Qué ocurre? que normalmente ese sentir que tenemos, que es el primero que aparece, esa sensación primigenia, rápidamente la mente empieza a sacar los motivos por los cuales igual nos vendría bien ir al trabajo. ¡¡Venga ya es hora de que ingresemos!!

Hay un montón de análisis que automáticamente ¡clock! nos desconecta. El sentir sigue por dentro, pero no estamos. Estamos más entrenados a atender al análisis, que al sentir profundo. Entonces imagínate, tenemos que desaprender esa inercia, pero está inercia es muy fuerte o sea quien manda es el análisis.

Y en esta propuesta es:  quien manda son los datos cuánticos, que es el propio cosmos comunicándose contigo, porque nosotros somos una pequeñez frente a toda esa información y ese orden implicado que mi mente no llega ni a entender, sólo puede sentir descodificar y ejecutar.

Nos creemos como la figura del principito, en el en el libro que aparece un mundo chiquitito y el principito enorme, tenemos ese concepto de nosotros mismos totalmente distorsionado, cuando la tierra es mil veces más grande y nosotros no somos nada ¿no?

Hay que empezar a desaprender eso, lo que sería acercarse a ese análisis: yo sé, yo sé, yo sé, yo sé… cuánto más sé, menos sabes, menos conectado.

Hablo de desaprender, yo utilizo mucho esta metáfora, en mis formaciones y demás, les digo a la gente: 

«Imaginaos que vamos en un tren, con una vía en una dirección y vamos a 600 kilómetros por hora. Esa es la forma en cómo estamos acostumbrados a conducir nuestra vida, que sería a través de ese análisis».

Cuando hablo de desaprender hay que, primero, ir frenando yendo hacia ese análisis. Ni siquiera vamos hacia el sentir, no podemos ir hacia el sentir primigenio primero, lo primero que hay es que desacelerar ese tren para qué, una vez que pare, sí que podemos empezar a poner la marcha en el análisis en la otra dirección, que es el sentir profundo. 

Cuando hablo de desacelerar hablo de espacio, espacio, espacio… ¿qué significa? que cuando alguien me propone algo, me viene una información y el análisis hace ¡¡Siiiiiii!! y va directo ¿no?

¡¡No!! es como un momento. Date espacio, date espacio, si no nos damos espacio estás veloz.

Empezamos así, mucha ralentización, mucha ralentización.

Si no hay ralentización, no hay desaceleración de la mente; si no hay desaceleración de la mente, el sentido primigenio luego ya es inviable ¿no? 

Es como muy «slow». Al principio hay que ir muy «slow» para luego ir a toda velocidad, porque cuando ya cambias la dirección del tren es alucinante, ahí sí aparece sincronicidad, flow, pero eso son etapas posteriores. 

Entonces, ¿qué es lo primero? es «slow», «slow» . Cualquier cosa que te diga, espera, di: «ahora respondo», cuega el teléfono, date un espacio… Realmente terminas estrellándote si no deceleras. Yo siempre digo ve despacio para luego ir muicho más deprisa.

Al final el destino al que se dirige la humanidad es… vamos a pasar del análisis a ese sentir, a esa descodificación de datos en el instante presente. Ese es el destino al que va, al que nos dirige la humanidad porque no podemos ir más desde el análisis porque estamos viendo lo que está pasando. Eso es inevitable. Ahora, cuando tú tienes la información, ¿no?

Yo en este caso lo hago a través de mi método… cuando tienes la información, lo que obtienes eres anticipación. ¿Qué quiere decir?vas a ser al igual, pero de una forma lo haces anticipándote, es decir, igual no es necesario que te choques contra la pared finalmente… es más visionario. Entonces, es una propuesta para anticiparse para ser más visionario, para ampliar tu longitud de onda. 

Cuando vamos con el análisis la onda que utilizamos es muy cortita y hasta que no tenemos aquí la realidad no no nos damos cuenta de las cosas.  La propuesta es ampliar tu longitud de onda para poder ser más visionario más más anticiparse a las cosas.
Ahorras mucha energía mucho tiempo. 
Somos inconscientes de que tenemos una naturaleza particular, que sería en este caso Arantxa, en este caso Maria Lobo, es nuestra parte particular, pero que al mismo tiempo,
tanto tú como yo, como todos, tenemos una parte ondulatoria, ondular, que eso sería
un poco la cuántica.
¿Quién se puede anticipar? nuestra parte particular no, porque es muy lenta y la información va a través de ondas. Si yo estoy conectada con mi parte ondulatoria, que además es una onda larga que sí que la puedo ampliar, claro, me convierto y mi parte particular termina anticipándose y siendo visionaria. Esa es un poco la propuesta… 

Si yo no tengo en cuenta mi parte ondulatoria, que siempre está funcionando, porque es ese sentir profundo, siempre nos está dando la información… pero como me desconecto y me vaya al análisis, no la utilizo. Funciona siempre, pero no la utilizo conscientemente.

Entonces es cuando al final, claro, la onda es muy cortita, y la parte particular termina aprendiendo a base de realidad y no de visión.

Nuestra parte particular tiene un sistema de supervivencia, es como una cucaracha…, fíjate el ser humano es el único que sigue, y sigue, y sigue, sigue, igual que ellas que son las que terminan sobreviviendo hasta temas radiactivos, ¿no?

El ser humano tiene un instinto de supervivencia tan fuerte, que claro, aplicar lo que estoy diciendo es retar a todas tus células a todo tu sistema de supervivencia celular.

Entonces, es como cuando vas al gimnasio, ¡¡te va a costar!! porque está toda tu biología, todo tu sistema de supervivencia… ¡¡no, no, no!! Pero ahí es donde tú vas: ¡¡sí sí sí sí!! 

Es como un entrenamiento, el cuerpo hay que llevarlo a más, si no nos quedamos en mera supervivencia. Y llevarlo a más, como en el gimnasio, coger una pesa, que pese un poco más, el cuerpo se va a resistir, pero al final gana en fortaleza, ¿no?

Aquí es lo mismo, ampliando la longitud de onda el cuerpo se va a resistir, pero al final va a ganar, al final va a amplificarse sí o sí. Claro, es esa un poco la evolución.

Fluir para mí es otra etapa. Quiero decir, en la etapa, en la que en general ¿no? está la humanidad, para llegar a la sincronización y fluir, que eso sea una normalidad en tu vida, que haya más de esto, que resistencia, requiere al principio de retar a todo, primero, a tu sistema de supervivencia, en el cual incluyo todos esos análisis, porque te intentan llevar a la zona de lo conocido. Salir de todo lo que no sé me da vértigo ¿no?

Entonces, ese es un poco el punto. ¿Y qué es lo que te lleva me preguntabas?: Nuestra naturaleza ondulatoria. Gracias a Dios, somos duales, es decir, tenemos una naturaleza particular, pero es nuestra naturaleza ondulatoria la que nos impulsa, es la energía que nos mueve. 

Entonces, por mucho que nuestra naturaleza particular se resista, la evolución es inevitable. Con lo cual, quieras o no quieras, esa energía al final que es como una presa, va a hacer ¡¡Guaaaaas!! Y te va a arrastrar a esa expansión, por un lado o por otro, pero te va a arrastrar.

No podemos ir en contra. El Universo está en constante expansión y nosotros somos parte del universo, somos el Universo, con lo cual esa fuerza es la propia vida, el propio Universo.

Para parar a este tren que sería de altísima velocidad, en esta dirección del análisis, para ir parando, lo primero es parar, osea desacelerar, lo que te hablaba del «slow», ¿no? de bajar las revoluciones.

¿Cómo bajamos las revoluciones? 

Las revoluciones están activas porque nuestro sistema simpático, que forma parte de nuestro sistema nervioso…, ese análisis, está demasiado simpático. Lo simpático nos gusta, todo lo que pare a un simpático no nos gusta, pues tenemos que introducir mucho más parasimpático, que es la otra parte de nuestro sistema nervioso. 

¿Qué hace el sistema parasimpático? 

Es cuando respiras profundamente, la respiración… En cuanto respiras profundamente, automáticamente tu sistema parasimpático empieza a accionar.

Ese sistema parasimpático también cuando bebo agua, bebo líquido… El hecho de beber agua también activa todo el sistema parasimpático y para tu sistema simpático. 

Entonces se necesita mucho parasimpático, mucho parasimpático,… por eso la respiración ejercicios de relajación, y el introducir de forma consciente, que esto yo lo llamo meditación activa, ese estar presente en lo que haces, mientras estás lavando los platos, haciendo una crema… o sea, es como que cualquier cosa cotidiana, sea un acto de meditación. Entonces claro, ahí la mente no entra porque estás mecánico, estás en lo que la sopita, el no sé que… 

Lo que comentamos con mucha gente es que la meditación, no la encajonemos, no la encasillemos en una forma meditar ¡¡ommmm!! ¡Qué también! pero hay muchísimas otras formas de meditación que estás haciendo.

Mira yo como occidental que soy, que vivo en occidente, y el contexto siempre es determinante  a la hora de utilizar unas cosas u otras, tu contexto te determina, es lógico… Entonces, como vivo aquí en occidente ¡¡para mí en la meditación hay tantas cosas que tenemos pendientes!! Coser un botón, arreglar un armario, hacer limpieza del correo… ¡Hay tanto, tanto, tanto que hay ahí pendiente! que son cosas que requieren atención, pero al mismo tiempo es una atención de estar presente, no es de voy a crear…, ¡No! 

Entonces, toda esa lista de cosas, muchas veces es esa lista de cosas, son auténticas meditaciones activas, y no sólo eso, sino que además, «matas dos pájaros de un tiro»:

  1. Estás meditando activamente porque estás presente, y no hay meditación más fuerte que aquella que te une al instante presente de lo que hay en este momento.
  2. Y por otro lado, estás siendo funcional. Yo apelo mucho al concepto de funcional, porque todas esas cosas son pendientes. Al final al solucionarse te hacen la vida más agradable y te sientes mejor ¿no?

Estamos metiendo ahora mucha tecnología: la tecnología 5g, tecnología cuántica, ¿no? Es como la tecnología del futuro, bueno ya tenemos mucha tecnología cuántica pero apelan por ordenadores cuánticos y por teléfonos con tecnología cuántica, ¿no? 

Esa tecnología cuántica tiene en cuenta esa parte particular, que serían esos datos, pero al mismo tiempo, ¡tiene en cuenta esa parte de sentir qué datos son para mí! ¡Porque datos hay tropecientosmil! ¿pero cuáles son los funcionales para ti? Eso solo te lo da tu parte…, tu aspecto, ondulatorio del que hablamos.

Entonces, esto es efectivamente, en los colegios el abordaje en este momento para mí no está siendo, (no en todos evidentemente pero generalizando) no hay tanto, gracias a Dios ya se va abriendo camino, pero no hay tanto abordaje holístico desde esta perspectiva.

El conocimiento está bien, pero que el niño empiece a sentir, a pensar por sí mismo, ¿no? O sea, tú recibes mucha información, ¿pero y tú qué dices? El darle también ese ese aspecto de sentir y opinar ¿no? Entonces hay un concepto educación muy diferente el que va a venir evidentemente para hacer menos referencia y más interacción.

Hay mucho cliché, mucho mapa, mucho correcto e incorrecto, lo que deberías y no deberías hacer… Eso te quita, como digo yo, el alma.

Te quita tu esencia: «En mi en el mundo mando yo y es mi sentir profundo».

«Estamos en un mundo donde hay muchas realidades y todas son válidas, lo importante es que tú sigas tu sentir que es tu realidad» 

Y eso es lo que muchas veces capamos o cortamos: ¡No! ¡Te estás equivocando! 

¿Cómo? ¡pero si es lo que siente!

Al final estamos muertos en vida y es lo que pasa, al final tienes que tirar, cómo muchísima gente, de medicaciones, de cosas para poder…, pero es porque ahí hay falta esa energía, ¡está ahí podrida! Lo que hablamos, es que se pudre y no tiene salida.

Voy a darte una práctica con 2 tips:

  • El primero, invitaría a empezar por lo básico, y lo básico es ver espacio para luego poder coger esa velocidad. O sea es, ralentiza tu vida, ralentiza tu vida en la medida en la que puedas, y para ralentizar tu vida doy una clave:
  • El segundo: Coge una hoja, haz dos columnas.  Date un espacio, tomate un té contigo haciendo esta actividad, disfrútate… y pon todas aquellas cosas en una columna que crees que para ti son super superfluas pero las sigues haciendo más más que nada por inercia: 
    • Imagínate: Cuando me llama alguien y por inercia siempre digo sí ¿no? Una serie de cosas.           
    • Y a la derecha todas aquellas cosas que realmente te nutren, y cuando las estás haciendo te estás nutriendo, nutriendo, nutriendo… Y que empieces a ser fiel, que empieces a poner en práctica esas dos columnas, y vayas sacando cosas e introduciendo más cosas desde tu sentido profundo.                             
    • Entonces esto funciona muchísimo, es impresionante como la energía la recuperas cuando lo pones en práctica.                                                                 
    • Pondría: Desde amistades (amistades que sí, amistades que no); Empezaría a ser más selectivo, más conectado con mi sentir profundo, más real en una palabra.

Tienes que estar hasta las narices, más bien, tienes que estar ya saturado de ver que lo otro de agradar, de no sé qué, de caer bien a todo el mundo, es una forma de vivir que no te compensa.

Entonces tienes que querer mucho introducirte a ti ya en tu propia vida, ahí sí, más que valiente, ganas diría yo… decir: ¡Estoy harta de funcionar así! ¡No soy feliz! ¡No!

 

12. Un Netflix de quién soy yo – Parte IV: Jorge Pellicer, Jorge Lomar, Núria Guinart y Arantxa Carrera

12. Un Netflix de quién soy yo – Parte IV: Jorge Pellicer, Jorge Lomar, Núria Guinart y Arantxa Carrera

Extracto de EL PISOTÓN DEL UNIVERSO. MANUAL TÉCNICO DE SUPERVIVENCIA EN LA ILUSIÓN.

17 enero 2020

 

JORGE PELLICER

Vivo al lado de un colegio y ha sonado la sirena del recreo, así qué momento del recreo, bocata, almuerzo… Yo creo que al final es lo que estábamos diciendo, ¿no? Momento de recreo, de recreo.

 

JORGE LOMAR

¡Vamos a recrear, sí!

 

JORGE PELLICER

¡Exacto, exacto! Ha sonado la sirena del recreo. ¡Qué bueno!

 

NÚRIA GUINART

¡Qué bien que haya una sirena que se nos olvida el recreo a veces!

 

JORGE PELLICER

¡Sí, sí, buenísimo!

 

JORGE LOMAR

Seguimos estudiando y estudiando.

 

JORGE PELLICER

¡Sí, sí, sí! La verdad es que sí.

 

JORGE LOMAR

El miedo necesita escapar con urgencia, necesita proteger con urgencia. 

El amor no sabe que es eso de proteger, no sabe que es aquello que debe ser protegido porqu él no debe ser protegido y no ve nada que deba ser protegido.

Si todo lo que sucede puedes crearlo uno y un millón de veces, ¿qué vas a querer proteger?

 

ARANTXA CARRERA

¿Por qué dependiendo de los espejos es mucho más fácil o sumamente complicado llegar al mismo lugar? ¿no? Es como… supongo que volvemos a lo mismo otra vez, ¡es mi autenticidad en cada momento!

Hay momentos en que es más fácil y momentos que, si lo que se me muestra, ya no me provoca Paz otra vez, ¡Soy yo! Estoy viviéndome en esa parte otra vez que no me amo, que no me dejo amar, que no me dejo sostener…

 

JORGE LOMAR

Eso es clave, este asunto es clave.

Lo primero que ocurre cuando nos acercamos a la oración o a la observación, o a la meditación, o a la contemplación, o a la práctica espiritual o como te guste decirlo… lo primero que ocurre, es que uno debe darse cuenta, uno se tiene que dar cuenta antes o después, de que oración no es luchar, ¡nunca es luchar!

Entonces resulta, que estoy enfadado conmigo mismo por la vida que me estoy dando. Y en este momento, tengo que darme cuenta de que ese enfadado conmigo mismo por la vida que me estoy dando, se está proyectando a un mundo, se está proyectando a una historia, se está proyectando a unas personas, se está proyectando a una situación… Pero no es más que un enfado conmigo mismo por la vida que me estoy dando.

Ese enfado que tengo conmigo mismo por la vida que me estoy dando viene justo desde el olvido de Quién Soy; Ese enfado conmigo mismo es toda esa sensación de rechazo o de abandono que siento como si Dios me hubiera abandonado desde esa sensación de no merecimiento. 

«Es que ahora mismo no me merezco sentir amor» y por tanto tengo que sentir este enfado, está exigencia, este tener que demostrar quién soy algo. No tengo nada que demostrar, soy perfectamente inocente. Ningún átomo en movimiento está fuera de su sitio. Ni un paso, ni una respiración que has dado ha sido incorrecta. 

Tu tiempo es perfecto. Las maneras en las que están sucediendo las cosas en tu vida son perfectas. No hay urgencia. No hay ni tiempo, y si no hay tiempo, ¿como va haber urgencia?

Precisamente lo que estoy haciendo es familiarizándome con la Mente No-Tiempo, con la Mente Eterna.

Y para familiarizarme con ello, tengo que darme cuenta de este enfado conmigo mismo. De qué estoy revisando una y otra vez lo que pasó, las formas en las que estoy pensando.

Esa ira empiezo a soltarla, empiezo a sentir esa amabilidad, esa alegría que dejo que esté presente. 

Estoy perfectamente guiado, yo soy el mismo que Jorge, que Arantxa, que Núria, soy el mismo.

Es una relación perfecta y estoy perfectamente guiado. No vengo a ser nadie especialmente, no vengo a cumplir una misión específica que de verdad produzca una marca en el mundo, ni vengo aquí a ser recordado por alguien que no existe. 

Todo, todo, todo está siendo exactamente según lo hemos planificado en quién somos. Y en esta inocencia comienza la oración, comienza el diálogo gozoso de Dios con Dios.

Pero tengo que darme cuenta de que este es el principio de la oración, esta sensación de inocencia perfecta y de perfección de lo que le está pasando, de qué no hay injusticia alguna en mí, ni ha habido falta de diligencia, ni falta de empuje, nada, simplemente he estado expresando, cómo decía Jorge Pellicer, lo que he querido en cada momento con plena libertad.

Y estoy explorando el poder de esa libertad, y los niveles que he hecho en mi mente, y como me he metido en un nivel y he dicho: «Este nivel es intraspasable me identifico con este nivel». Esto no es una creencia, no es una realidad, por eso no me permite salir de este nivel, aquí me quedo. 

Y dentro de esta creencia viene la verdad y me ayuda respetando mis límites.

Un día, ¡¡guauuuuu!! ¡Se traspasa esto y viene la realidad y me ayuda! Porque no me doy cuenta y hay unos techitos que en cierta situación se van a poner de manifiesto. Porque he dividido mi mente en niveles y me creo que hay un tú y un yo; un mañana y un pasado. 

Y este camino es perfecto y está sucediendo en el No-Tiempo… y es perfecto. O sea, dejo de enfadarme conmigo mismo, me dejo en Paz.

 

NURIA GUINART

Ese me dejo en paz, mano de Santo.

Cuántos pensamientos caen frente a eso: El camino es perfecto

Permitirnos sentir eso, porque constantemente esa exigencia, exigiéndonos. 

Exigir ahora comprender.

Exigirme ahora sentir una cosa distinta. Exigencia…

Y como decíamos antes, al amor se llega desde el amor; a la Paz se llega desde la Paz… Cómo permitirnos soltar el cascarón de la dureza, las capas de dureza, de exigencia… ¡Qué tome lugar la ternura! ¡Es fortaleza, la ternura es completa fortaleza!

Pero no de una fortaleza en presión, sino de una fortaleza que no tiene límite… Y ahí como decía Jorge Pellicer: Tratarme como lo haría Dios. Pura ternura. ¡Qué impecabilidad no!

Ahí la exigencia cae. Podemos ver todas las dinámicas de exigirnos y anticipar: «¡Pues hoy cuando vaya, tendré que estar ahí en una rectitud!» Nos ponemos casi como en una receptividad total, casi que opera como una rectitud. Vemos esto como una rectitud, de correcto, de estar ahí de forma correcta.

Aquí estamos hablando de algo tan suave, está inocencia que emana de algo tan suave, de ligereza, de ligereza…

Recordar está lección del Curso que dice:

«Nunca estoy disgustado por la razón que creo (L-pI.5)»

Ese disgusto para conmigo, es el sin sentido. Cuándo no siento Amor…, es que el amor es lo único que tiene sentido. Llamémosle amor, libertad, nuestro Ser, la paz, Dios…

Es un sin sentido, de ahí viene todo, pero de ahí lo concretamos y buscamos motivos, toma forma, buscamos motivos de esa angustia…. Simplemente es el sentido de creer que puedo taponar el amor. Cuando no siento amor es un sinsentido, por eso no importa el tema, no importa donde se apunte, siempre es lo mismo. 

 

ARANTXA CARRERA

Sólo existe este camino y, mientras no lo sigas escogiendo, van a ser escenarios muy diversos… Gracias, siempre acabo igual y me encanta.

Gracias, gracias, por toda esta disposición de vuestro trabajo y mucho amor. Y sigue siendo precioso todo esto que estoy caminando.

Gracias Jorge Pellicer, Núria Guinart, Jorge Lomar, gracias, es tan hermoso verme en vosotros, gracias.

Y luego poder llevarlo justo a estos espejos con los que no me siento tan ahí, ¿no?

Ahora siento esa certeza ¿no?: todo esto que ha pasado es perfecto para este sentir profundo, y para sentir más enraizadamente que en la verticalidad en el Yo Soy no hay peligro. 

 

JORGE PELLICER

En ese espacio donde Yo Soy más allá de las opciones, mi conciencia de Ser despliega natural e inspiradamente esa acción, ese hacer que no viene del sistema de pensamiento, que no es construido si no es emanado. 

¡¡Abrazos!! Gracias. 

 

JORGE LOMAR

Mil gracias Arantxa, esta es la nueva didáctica, este es el nuevo aprendizaje, no importa que lo entiendan dos, tres… o tres millones. Lo nuevo es lo nuevo, y a lo viejo no se vuelve.

Y no sé qué podrá experimentar cada uno en su camino pero yo por supuesto que tengo que recorrer una y otra vez los engaños de creerme un ser humano… las tentaciones de la experiencia humana, por supuesto que las recorro porque esto es un ejercicio de la amplitud del amor abrazando lo humano. 

Entonces yo creo que este camino implica recorrer esa creación y reconocerla hasta darme cuenta de que todo Soy.

La palabra se nos ha dado, la palabra es la aplicación de la luz aquí en lo humano; la palabra se nos da para que la compartamos para eso se nos da. Si no la compartimos creemos en la personalidad.

Y además de que la palabra se nos da para que la compartamos nuestra humanidad es un medio de comunicación. Yo no me tengo que preocupar en exceso de mi imagen, yo lo que tengo que encargarme es que sirva para comunicar, punto.

Este objeto, está temporalidad, este flujo que vibración que deriva en palabras, en una escucha que deriva en todo esto que está pasando aquí de una forma tan cósmica, Eso está para compartirse.

 

ARANTXA CARRERA

¡Guauuuuu! ¡Es que vivirse cada vez más desde 100% herramienta, instrumento divino, eso es tan liberador!

 

JORGE LOMAR

¡Ahí estás a salvo!

 

NÚRIA GUINART

Es como un suspiro de niña, de la libertad, del juego, del corazón abierto, corazón radiante.

ARANTXA CARRERA

¡Hermosísimo! ¡Muchísimas gracias!

Jorge Pellicer, Jorge Lomar, Núria Guinart y Arantxa Carrera para Holistic Matriz del Cambio

12. Un Netflix de quién soy yo – Parte III: Núria Guinart

12. Un Netflix de quién soy yo – Parte III: Núria Guinart

Extracto de EL PISOTÓN DEL UNIVERSO. MANUAL TÉCNICO DE SUPERVIVENCIA EN LA ILUSIÓN.

17 enero 2020

 

ARANTXA CARRERA

Mucha confusión… Tengo mucha confusión.

¿Hasta qué punto sentimos de verdad? ¿Hasta que punto te estás contando verdad, estás viendote de verdad?

 

NÚRIA GUINART

Me uno a todo lo compartido y veo como apunta a la sencillez más absoluta, a la simplicidad. Pero estamos tan acostumbrados a funcionar desde una complejidad de buscar razones, motivos, de constantemente estar explicándome de porque siento lo que siento,… construyendo, construyendo, para no tocar de forma priscina, directa, íntima, con lo que hay aquí.

Por eso antes hablaba de esos instantes de abstracción, de sentir que me permito, porque me doy cuenta, cómo antes decía Jorge Lomar, que no hay ningún pensamiento que me pueda aclarar, no hay un pensamiento, no es algo constructivo, no es por conjunción de conceptos… Lo que sí puedo constatar es que no es por ahí.

Lo constata la experiencia cómo cuándo me entrego a la vivencia del instante. 

Cuando me entrego a la vivencia, a estar en este instante cruzándolo, me doy cuenta que el pensamiento cómo lo he conocido, la programación, ese mapa de salvación que llevamos, ¿no? Ese mapa de salvación de… «Lo que creo que debería, lo que no debería… y si hago esto, y si hago lo otro…»  no alcanza, no alcanza desde dónde me estoy sintiendo, no alcanza a lo que ya se ha destapado desde mi interior. No alcanza, no llega ahí, es al revés, es un deseo de negación de eso. 

Por lo tanto ahí es cómo, el mí mismo profundo, esa rendición profunda, que al mismo tiempo está llena de goce, de libertad, de Luz. Es, me dejó descansar en Soy, me dejo descansar en ese silencio profundo de mi corazón.

Realmente no hay palabras que puedan describir esto, porque realmente no es un hacer, es una dirección podríamos decir un «me intereso profundamente».

Y cuando digo me intereso, no hablo de un personaje, hablo del que verdaderamente está aquí. Y es tanto el anhelo de sentirme… porque sólo hay que regalos. Los Milagros se viven en la Luz. En esa Luz, en ese aroma que desprende, en esa Luz que desprende Ser, clarifica todo.

Yo quiero ¿no?… a veces nos encontramos rapidez: ya, quiero… ¿no? Desde una prisa, desde un «no puedo más, necesito ahora mismo aclarar esto».

Es como un agua que está llena de barro y en ese momento solo hago que agitar, agitar, agitar… y es cómo: descanso, me aquieto. 

Todo el sistema ego, todo el sistema programado me lleva a lo opuesto. «Me siento en conflicto y ¿cómo solvento esto?. ¿Cómo puedo dejar de sentir esto?». Y apunta hacia afuera, apunta a estrategias, estrategias… Ya no quiero estrategias. 

Es que mi Ser es la respuesta, es que mi Ser es impecable, es impecable lo que nace ahí.

Es impecable.

Y me doy cuenta que cuanto más le atiendo, cuanto más atiendo ese espacio más puedo decir no sé. No sé a todo eso que veía tan firme. Se empieza a transparentar.

En esa lucidez que se nos da, en esa lucidez, veo y me viene explicado. No me lo explico yo, no intento solucionar, me viene explicada.

«¡Mira! veías el trabajo como un fin, veías el dinero como un fin… ¿Cuál es el fin? ¿Qué es lo que quieres y cuánto lo quieres?» 

Reubica. Eso que nos decía antes Jorge Pellicer, creo que la emoción en ese momento me doy cuenta de que estoy haciendo el mundo causa. Y esto se hace en un diálogo silencioso, se hace en una comunicación silenciosa para con nuestro ser que me empieza ¿no? a susurrar todas esas creencias, es como que se me destapa todo.

«Estoy eligiendo la libertad que Soy»

Por eso es como una invitación profunda a la atención, al atendernos, al atenderme.

Antes Jorge Lomar decía:  «tengo unas horas… ¿No puedo dedicarme un espacio? ¿Creo que es tan importante lo que debo de hacer? ¿Se me necesita tanto en lo formal o en algún sitio?»

Si justamente atendiendo a ese lugar estoy atendiendo todo, todo lo que es. Si justamente es el gesto más amoroso y generoso que puedo hacer para conmigo y para con los demás. 

Y desde ahí la humildad de pensamiento.

Es como… nada que rechazar del pensamiento y al mismo tiempo ninguno de ellos, ninguno de ellos… Hay una disposición a no creer nada. Pero, no cómo un ejercicio de fortaleza. Las ilusiones no se descartan por fortaleza o por rechazo; Es que ante lo que estoy sintiendo en mayúsculas, se transparenta, no casa, es como que cae. Cae el significado de ello. No es por esfuerzo, es por disposición, es por atención, es por una elección profunda. 

El motor es la decisión, el motor es una determinación gentil, es una determinación amorosa para con nuestro ser.

Una gozada escucharnos y recordar la simplicidad que se nos olvida muchas veces. Porque esto es inminentemente práctico y está a cero kilómetros de distancia. No tengo que hacer nada especial, lo llevo puesto, la lucidez no para de alumbrarme. Pero si yo quiero decir algo por encima, si yo digo: 

«¡¡No, no, no, espera, espera!! Yo sé, yo quiero, esto es así…» reforzando, reforzando, reforzando lo que pienso. 

Es un momento de quietud: «¡¡Voy a mirar lo que pienso!!»

Esa posición de oportunidad. Me encanta verlo siempre así, como todo una oportunidad.

Jorge antes nos decía: «No hiciste nada mal ayer, todo ocurrió en perfecto orden para que viera»

No tendría que haber hecho ni un centímetro, no tendría que haberme colocado ni un centímetro a la derecha de como estaba. 

Porque eso es el ego: «Hagas lo que hagas, la cagas, ¿no?»

Como el ego es…. con el sentimiento de culpa, es decir, todos los motivos para seguir comprando culpa. Porque está a mi servicio, el ego no es una entidad, es un sistema de pensamiento. «Elijo la culpa, y en ese momento está a mi servicio, esos pensamientos están al servicio de ese contenido». Y ahí desde la humildad del pensamiento, hay una oportunidad para mirar.

No hay situaciones buenas o malas, inútiles, malas jugadas, no existe eso. Todo es una oportunidad para mirar ese pensamiento.

Como decíamos, el único nivel creativo es la mente. Me refleja el estado mental, me refleja la mentalidad. Nuestra mente es perfecta, nuestra mente es impecable, es la belleza pura, es la mentalidad que hemos construido ahí… Y se demuestra. ¡Qué maravilla!

Sólo puedo decir que gracias por la simplicidad de cómo opera esto cuando me silencio para ver.

Me silencio para verlo todo. 

Así que todo esto es para con la alegría. 

Núria Guinart y Arantxa Carrera para Holistic Matriz del Cambio

12. Un Netflix de quién soy yo – Parte II: Jorge Lomar

12. Un Netflix de quién soy yo – Parte II: Jorge Lomar

Extracto de EL PISOTÓN DEL UNIVERSO. MANUAL TÉCNICO DE SUPERVIVENCIA EN LA ILUSIÓN.

17 enero 2020

 

ARANTXA CARRERA

Imagino ayer, ¿no? En esta agonía, ¡Voy a parar y a recordar Quién Soy! ¡Está valentía, de en medio de la situación, en medio del campo de batalla me siento… a recordar Quién Soy!

Jorge, suena súper bien, pero es que cuesta llevarlo a la práctica ¡¡porque da como miedo!!

 

JORGE LOMAR

Pensar ahora mismo en eso, es algo que, en cuanto te centras y te aquietas, es un pensamiento que no necesitas, es un pensamiento desechable. 

Es como si te creyeses que lo que te acaba de decir Jorge Pellicer se aplica de una manera en la que tú puedas pensar. Vuelves a imaginar la situación, y te imaginas que debería haber hecho Arantxa, cuando Arantxa no pintaba nada en este tema. Arantxa es un escenario.

Tu no tienes que volver a imaginar cómo hubiera sido esa situación desde un punto de vista correcto porque esa situación fue perfectamente correcta para tu plan de estudios. Porque venía del amor cómo tú bien has dicho. Y te estaba mostrando perfectamente que crees de ti.

De manera que es en el Ahora cuando realmente aplicamos ese deseo profundo que tenemos de abstracción que antes nos recordaba Núria, de saber Quién Soy nos decía ahora Jorge Pellicer, ¿no?

Tú cuándo sabes Quién Eres, sientes abstracción dentro de ti, sientes ligereza, sientes fluidez… y no tengo ni idea si va a dar cómo consecuencia que yo me largue de esta videoconferencia, o me voy a quedar, no tengo ni idea. 

No tengo ni idea de qué consecuencias va a tener en la forma porque la forma es pura relación y no es pensable desde un pensamiento particular. No es pensable, no es calculable, no es revisable… Todo eso es futilidad, es ilusión.

Entonces ahora volver a pensar, cómo hubiera pensado si hubiera sido una buena perdonadora es una adoración a mi personaje perdonador. Y otra vez me estoy engañando, otra vez voy a recordar ahora mismo, cómo nos está a diciendo Jorge Pellicer, que aquí está el gozo de Dios ahora mismo, está sucediendo.

La experiencia que tú nos has explicado, por la cual me siento y tengo miles de recuerdos en los que he sentido lo que tú has sentido, creo que es algo que compartimos. En mi historia tiene una forma, en tu historia tiene una forma, pero da igual, pero es algo que compartimos.

Es una de las acepciones de la palabra Cruz. Tú, cómo Jesús simbólico que eres Arantxa, a veces te pones en situaciones en las que tienes que darte cuenta de que tú eres más allá de lo que pareces, y nos confundimos. Estamos en la Cruz, y me creo que Dios me ha abandonado. Me creo que Dios, que me tendría que dar amor, me está dando dolor.

Y entonces veo mi creencia de que vivo en un mundo hostil. La veo. Y cómo decía, la emoción te muestra con claridad como tienes el poder de manifestar una experiencia en la que crees que estás viviendo en la hostilidad, en una tortura. Se conecta toda tu herida de haber creado aparentemente una prisión.

No se trata de que yo programe cómo voy a salir de la Cruz… Jesús no dijo: «A pues mira, me voy a quitar los clavos y me bajo, no hizo eso.»

Jesús simplemente aprendió en el sentido de llegar a sentir, llegar a saber, constantemente y sin importar lo que pasara estar en esa abstracción, mientras fluye todo ese mundo, ese espacio-tiempo de masa contra masa.

Y entonces aparece esa otra cosa que has comentado que es interesantísima, aparece ese ego que nos exige que seamos buenos perdonadores, que seamos buenos espirituales.

Y dice: «¡Ves! ¡Has pasado una situación en la que podrías haber conectado con la fluidez, haber conectado con Dios y no lo has hecho!»

Y entonces nos vamos corriendo a revisar esa situación para quitarnos esa sensación de culpa, de no ser capaz de expresar amor en una situación como esa.

He incluso programamos en una próxima situación de desafío, de sufrimiento que yo estoy llamando con mi programación, estoy queriendo que suceda: «¡Voy a dar el todo por el todo! ¡Ahí sí que me voy a conectar con Dios! ¡Ahí sí que voy a…!»

Y ese tipo de pensamiento es desechable, es ilusión, es fútil, es un falso asesoramiento… porque se está intentando hacer un Netflix, una serie de televisión de quién soy yo, se está intentando escribir un guión.

Así no te haces libre evidentemente.

Libre te haces en este instante cuando conectas con esa abstracción del Yo Soy y llegas a sentir que eres consciencia, aunque este sentir simplemente sea una fluidez en tu mente que dice:

«Estoy aquí y no tengo nada que temer; estoy aquí soy inocente con lo que está pasando y no tengo nada que ver con lo que está pasando; estoy aquí y me dejo fluir en este abrazo de ser todo con todo, de escuchar a estos compañeros, este sonido que está sonando, de la luz y la calidez de este instante, de todo lo que está ocurriendo en mí».

Este sentido de inocencia, este sentido de permiso, este sentido de aceptación, ese sentido de amabilidad de despuntar del amor, la simplicidad de la alegría se deja estar aquí.

Esto es un deseo. Un deseo presente, un deseo que permanentemente alimenta tu vida cuando este deseo es unificado con «mi deseo personal».

Cuando está unificado, cuando se integra como decía Jorge Pellicer, no hay distancia entre esas dos maneras de pensar. Y cuando te sientes reconocida como consciencia, como Hija de Dios, y el Hijo de Dios siente reconocida si creación tal y como la ha hecho, sin dejarse engañar por ella… Cuando ya está todo alineado e integrado te permites, permites estar con lo que Es. Y aunque sientas frío, aunque te falte ropa, no te falta un sustento de fluidez y de alegría en este instante, que mantiene ese estar, ese momento. Y entonces mantienes la mínima receptividad que te hace falta para saber quién eres. Aunque lo que estés viviendo para mí pensamiento separado sea algo peligroso, sea algo doloroso, sea algo torturante, ¿vale? Simplemente eso no lo escuchas, no te importa.

Esto ocurre sólo desde el presente. 

No puedo coger y planificarme para ser así de súper. Si el futuro no existe imagínate el pasado, tampoco puedo regresar a la discusión que tuve ayer con no sé quién, para intentar ser allí algo súper. No tiene sentido. Abandono la fabricación del personaje. La abandono.

Y este abandonar la fabricación de mi personaje es lo más amable que existe en este universo. No hay nada más amable y amoroso que dejar de luchar por ser quien no soy.

ARANTXA CARRERA

Siento como resistencia Jorge. Siento resistencia a acceder a un estado de conciencia de mi Ser en esta experiencia.

 

JORGE LOMAR

Fijate que cada vez que tenemos una información nueva que ha impactado en tu corazón cómo está de: 

«Ábrete a todo lo que sucede para integrarlo»

Está información ha impactado en tu corazón porque encaja con un recuerdo de la verdad que es perfecto dentro de ti. Ábrete a todo lo que suceda para integrarlo, para recordar qué eres tú.¿vale?

Y ahora sin embargo es interpretado, este es tu deseo de ser quién eres, y esto es interpretado y el pensamiento te dice: «Por tanto deberías de ir otra vez a esta fábrica para desafiarte, porque tienes que superar esto».

Pero sin embargo, la enseñanza que también impactó en tu corazón es que tú no tenías que ocuparte en que hacer o no hacer; tú no tienes que razonar qué hacer o no hacer…

Entonces, ¿ cómo es la primera manera en la que nos resistimos a dejarnos… ?

¡Tú eres cómo un granito de sal apunto de ser tirado al océano! Pero sientes resistencia, porque te miras a ti misma y ves un granito de sal. 

Tú te confundes, y yo me confundo, y todos nos confundimos porque me creo que mi resistencia es a ir a la fábrica. Mi resistencia es ahora a dejar de decidir, dejar de pensar con mis argumentos, que es bueno y que es malo, mi resistencia es a dejarme en Dios. ¡Y me distraigo y me pongo a pensar que es lo que tengo que hacer porque me pongo a proteger mi pensamiento separado, mi granito de sal.

Tú ya estás empezando a pensar como el agua, pero a la vez estás pensando como la sal. Y me confundo y cuándo una información contacta con el agua y con la fluidez me confundo y me vienen los pensamientos de: «¡No, pero yo soy un granito de sal! ¡Tengo que decidir si voy y no voy porque fíjate si es importante, hay dinero en juego, hay no sé qué y no sé cuántos…!

Cuándo lo realmente importante es, cómo acabamos de escuchar a Jorge Pellicer, es dejar de crear separación en mi mente. 

 

ARANTXA CARRERA

Pero Jorge, siento como, otra vez ehh, según mi sistema de creencias, ¡que irresponsabilidad no dar una respuesta hoy a esta persona que me ha dado una oportunidad laboral!. 

«¡Cómo no voy a, justo después de la conferencia, a hablarle y decirle, muchas gracias pero no siento de ir!»

Siento una presión en la horizontalidad. Este punto también que hablábamos con Jorge Pellicer y con Lorena, este punto también tiene que ser más fácil de poder actuar en la horizontalidad desde la verticalidad. Es ahí donde, ufff: «¿cómo hago esto?»

 

JORGE LOMAR

¿No te puedes conceder este momento, y horas enteras, para sentir a Dios? 

¿De verdad crees que no te las puedes conceder? 

¿De verdad crees que el mundo clama por ti con tanta prisa que no te puedes conceder, incluso horas enteras, para estar con Dios en ti? 

¿De verdad crees que no te puedes conceder eso? 

¿De verdad crees que el tiempo, y te hablo desde un punto de vista razonable, que el tiempo está clamando por ti con tanto miedo y tanto horror, que no puedes dedicar horas a estar con Dios? 

¿Es cierto esto? ¿Es radicalmente cierto esto? ¿Puedo mirarlo?

¿Puedo mirarlo y decir, es cierto que no puedo dedicar unas cuantas horas a estar con Dios antes de sentirme guiado?

Se trata de ser honestos con nosotros mismos.

 

Jorge Lomar y Arantxa Carrera para Holistic Matriz del Cambio