Extracto de EL PISOTÓN DEL UNIVERSO. MANUAL TÉCNICO DE SUPERVIVENCIA EN LA ILUSIÓN.
17 enero 2020
ARANTXA CARRERA
¿Nos unimos a todo?
JORGE PELLICER
Tú eres una entidad absolutamente libre. Es cómo una lección del Curso que dice:
«Soy tal cómo Dios me creó»
Esa es la Voluntad de Dios. No tiene opuestos, no hay dualidad. Puedo negarla, pero seguiré siendo libre porque se me ha dado el don de la voluntad libre de negarla.
Niego la Voluntad de Dios, que Es y no tiene opuestos, y me sumerjo en una especie de ilusión, dónde experimento el opuesto a la Voluntad de Dios, que es lo que siempre y eternamente Es.
Eres una entidad libre y serás inspirada para siempre y eternamente a la libertad. Por lo tanto, es normal, es natural que sientas lo que sientes, porque eres llamado a la Voz de Dios. ¡Te llama a tu estado natural de Ser!
Tú eres Quién Eres, y cuándo no me vivo así, soy llamado a lo que Soy. Porque Soy. Así que Soy tal y como Dios me creó.
Entonces, todo este sentir es normal porque emana de una colisión de fuerzas entre una parte de la mente que niega lo que Soy.
Te acuerdas que estuvimos hablando de esto el otro día, con respecto a que sólo hay una pregunta y es: ¿Quién Soy? Yo Soy.
Hay un sistema de pensamiento que niega lo que Soy y, desde la negación, me asocio a una corporalidad, me asocio a una identidad y trato de vivirme desde ahí. Así, que asumo que soy una persona, un cuerpo, una entidad separada, y ahora, que acepto esto como cierto, no me lo planteo, lo acepto, vivo e intento sobrevivir.
En ese mecanismo de supervivencia, asociado ya a una idea, que acepto cómo real para mí misma, pues surgen todo este tipo de conflictos. ¿Por qué? Por qué estoy negando quién Soy.
Soy llamada a la libertad, para siempre. De hecho, eres llamada hasta que te unificas con la libertad y ya no eres llamada, sino que la eres, eres la libertad misma, una entidad libre. Ya no es que soy llamado, es que me he unificado.
Lo que estoy viviendo es: ¿qué me ocurre? Qué estoy siendo llamada a la libertad. Siempre. Y que hay un sistema de pensamiento que niega mi libertad.
Desde la identificación corporal creo ser una persona separada de Dios, como diría la terminología del Curso… Creo estar separada de Dios, ¡y ahora tengo que valerme por mí misma! porque yo ya he negado mi identidad creyéndome un cuerpo que tiene que valerse por sí mismo, con estrategias de mis archivos pasados para sobrevivir en un futuro.
Entonces de ahí viene toda esa tensión, esa rabia sostenida en la negación de Ser. Niego que Yo Soy.
¿Qué pasa? Qué trato, vivo ese tipo de situaciones conflictivas, trato de cambiar el mundo: ¡No quiero esto! ¡Quiero esto! Y me adentro en ese círculo de Samsara, ¿no? Donde no puedo salir.
ARANTXA CARRERA
Jorge, sería cómo… ¿estoy operando en el nivel que no tengo que operar?
JORGE PELLICER
Exacto, estoy en la horizontalidad, creyendo que el mundo es causa, y yo como entidad separada tengo que controlar y manipular todo y ponerlo patas arriba para que adopte una forma que a mí me interesa y quiero.
El Sentir siempre, siempre, siempre, es el reflejo del alineamiento entre tú pensamiento y LOS PENSAMIENTOS VERDADEROS DE TU SER.
La emoción son tus puntos de referencia, cómo un GPS: Pongo Alicante y Madrid, y el GPS me indica la distancia que hay entre Alicante y Madrid.
Entonces es, entre los pensamientos de mi Ser, y los pensamientos de la entidad que he creído ser. Y eso es la emoción. Y la emoción siempre te indica, por eso es maravilloso saber, ¿qué te está diciendo la emoción?
La emoción es maravillosa, es el guía, es tu maestro. Te está mostrando que estoy sosteniendo:
Qué sistema de pensamiento estoy sosteniendo
Qué propósito estoy sosteniendo
Si es el propósito de Ser, Ser o no Ser, esa es la cuestión.
El propósito está alineado con La Fuente o niego y sostengo que soy una entidad separada.
Entonces la emoción es maravillosa. Te indica, tiene un mensaje para ti, te dice: ¡Mira lo que estoy sosteniendo!.
Tu no puedes Sentir si no estás sosteniendo ese tipo de situaciones, si no estás sosteniendo un pensamiento, y es la distancia que hay entre la verdad y mi pensamiento. Y de ahí surge esa emoción.
Entonces, la emoción hay que verla, hay que escuchar al mensajero. Hay que invitarle a un café y decirle: ¡Qué me estás contando! Y cuando tenga que marchar, abrir la puerta, la ventana e invitarle a un café. Pero que me cuente, tengo que saber que me estoy diciendo, que estoy reafirmando, que creencia estoy reafirmando, que propósito estoy sosteniendo. Es precisa, te inicia con una precisión impecable lo que estoy sintiendo, y alomejor ahí te das cuenta que estoy negando amor, o estoy negando mi inocencia, o estoy creyendo (ya es la creencia) que soy una entidad separada que cree que tiene que ganarse la vida.
¡Guau! Estoy sosteniendo un sistema de pensamiento dónde creo que tengo que ganarme la vida. Y entonces es, aquello que pienso experimento. Es Ley.
Si pienso, «tengo que ganarme la vida porque creo…» y empiezo a ver la ramificación del pensamiento, porque creo ser una entidad corporal separada en un mundo de cuerpos, ¿cómo no voy a experimentar emocionalmente lo que estoy sosteniendo?
O sea, estoy viviendo una experiencia sentida y estoy dentro de un ambiente emocional fruto de un conjunto de pensamientos que estoy sosteniendo y reafirmando.
Entonces la emoción te dice: «¡Mira lo que estás sosteniendo!» Y aquí viene la consciencia y el discernimiento dónde te vas a través de esa emoción viendo la raíz de lo que estoy sosteniendo.
Y es muy sencillo, muy simple. Soy o No Soy. O afirmo que Soy, o reafirmo que No Soy.
¿Y cómo reafirmo que No Soy? Reafirmando mi corporalidad, mi entidad separada…
Lo que te decía antes es, yendo al grano, a la práctica diaria, es cómo: «Vale bien, muy bonita la teoría, ¿y ahora qué?
Pues, dado que el mundo externo es un reflejo de tu mundo interno, no puedo cambiar la horizontalidad en el mundo, no puedo cambiar el mundo desde el mundo. Quiero cambiar el mundo para sentirme bien… No, no, si lo que sientes no viene del mundo, lo que sientes viene del sistema de pensamiento, el único nivel creativo es la mente, y los pensamientos no abandonan su fuente.
Así que es ¿Qué estoy sosteniendo? Y el Curso lo unifica todo bajo el propósito de la culpa. Y la culpa es la separación.
Al vivirme desde la separación de Dios experimento una negación de amor, y a esa negación de amor, o experiencia de falta de amor, si sólo hay amor, No Dualidad, si sólo hay Dios, sólo hay Amor. Si la niego, experimento una ilusión de falta de amor, y a esa falta de amor se le llama culpa.
Y la culpa luego la justifico con el mundo, utilizándola como medio. La uso como chivo expiatorio, para decir: ‘Yo soy víctima del mundo que me hace…». Sin darme cuenta que el único nivel creativo es la mente y que estoy sosteniendo una negación de Yo Soy.
¿El camino cuál es entonces? ¿Qué hago yo en este punto?
Acepto la voluntad de Dios.
¿Y cuál es la Voluntad de Dios?
Mi impecable Ser.
¿Y cómo se accede a eso?
Entrando en la conciencia de Ser.
¿Y cómo entro?
Empezando a aquietar mi sistema de pensamiento, para empezar a darme cuenta que no soy mis pensamientos, ni las ideas que sostengo.
Y empiezo a hallar el Yo Soy que Soy. Y ahí empiezo a profundizar cada vez más y más, y empiezo a darme cuenta de esos destellos de luz, cómo tú los llamas, que no es más que mi inocencia impecable, que es el Ser que Dios creó.
Soy tal y cómo Dios me creó y no necesito ganarme la vida, y aquí viene toda esa codificación y forma de expresarlo.
¿Por qué? ¡Porque no tengo que pagar, o ganarme el pan con el sudor de mi frente! Dios no me creó sujeto a valoraciones, ni sujeto a ganarme la vida. Y eso es lo que se llama el estado de indefensión. Dejo de defender que soy una entidad separada.
Y la indefensión en realidad es la Aceptación de la voluntad de Dios, donde acepto la abundancia de mi ser, donde simplemente voy a mi santuario interno, me aquieto y acepto la perfección y compleción de mi ser que Dios creó.
Y aquí es donde empieza, vamos a decir “ese cambio”, ese cambio de mentalidad, esa transmutación de un sistema de pensamiento en otro. Empiezo a verme con los ojos de Dios. Empiezo a tratarme como Dios me trata, empiezo a sanar, se empieza a desplegar dicho estado en la línea horizontal porque no hay mundo fuera de mí, porque no hay causa externa a mí.
Jorge Pellicer y Arantxa Carrera para Holistic Matriz del Cambio
Extracto de EL PISOTÓN DEL UNIVERSO. MANUAL TÉCNICO DE SUPERVIVENCIA EN LA ILUSIÓN.
3 enero 2020
LORENA MIÑO
Un Curso de Amor es la continuación de Un Curso de Milagros, así de increíble, así de maravilloso. Es la continuación es un linaje directo la misma voz, Jesús, unos años después, hablándonos de que estamos en otro tiempo al que él llama de «el tiempo de Cristo» y nos dice que el tiempo en el que fue recibido Un Curso de Milagros, era otro tiempo llamado «el tiempo del Espíritu Santo».
Esta diferencia de un tiempo a otro tiempo, tiene que ver con que el tiempo del Espíritu Santo todavía el ego estaba más afianzado en La Mente, y por lo tanto había demasiado miedo como para entablar una relación directa con la fuente.
Esto generó la estrategia divina de esta figura del Espíritu Santo, que es una intermediación entre el Hijo todavía con temor en La Mente, para mirar de frente al Padre.
Dice Jesús, en lo que llama el preludio del Curso de Amor, que «gracias al efecto que tuvo Un Curso de Milagros en La Mente que compartimos, se ha aflojado lo suficiente el miedo como para poder dar paso a una nueva era de relación directa. Esto es lo que se entiende como el tiempo de Cristo«.
Cristo no es Jesús, Cristo es lo que somos. Nuestra Identidad. Es el Ser que Dios creó con el que Jesús se identificó y por eso lo llamamos Jesucristo, pero, quién estamos nosotros invitados a ser hoy.
En el Curso de Amor, es el mismo Jesús del Curso de Milagros, dándonos la mano para decirnos: ahora otro paso, ahora vamos a pasar de La Mente a la que estuvo dirigida al Curso de Milagros al Corazón.
El corazón es una energía en nosotros que une todo; el corazón es el centro del ser, el centro de Dios, el centro de todo; y el corazón va a establecer vínculos, relaciones…
La palabra clave del Curso de Amor es la Relación. Aunque la separación no exista, si tenemos una experiencia de separación, y el Curso de Amor, o si queremos Jesús en este momento, le da a la experiencia que estamos teniendo un carácter de realidad, es decir para nosotros, para nuestra experiencia, eso es real y ahí se mete él.
Nos da la mano y nos dice vamos a «soslayarLa Mente«, vamos a aprender juntos a soslayar la mente, este es el verbo que usa: soslayar, es como puentear, como dejarla de lado, pasarla por arriba, e ir al corazón.
Sólo cuando dejemos de darle energía a la mente, de usarla como guía, de cada cosa que no sucede pedirle consejo a ella, entonces toda esa energía volcada sobre el corazón va a ir haciendo que este corazón desarrolle su arte, que es el arte de la unión, de la unión con todo.
Esto nos va a devolver a nuestra esencia, que es Cristo.Y lo que nos propone Jesús en el Curso de Amor, es vivir hoy hoy mismo, en este plano de La Tierra, de la separación, cómo el Cristo que somos, es decir no esperar a evolucionar más para algún día, si no hoy mismo. No es necesario tener una evolución mayor, es necesario unirnos a todo aquello que salga de nosotros, como emoción de todo digamos, el error de percepción que no puede sino estar en este plano, unirnos a él, es decir permitir que el Amor y el error se encuentren.
Este puente entre el error y el amor, entre lo humano y lo divino, ese puente es Cristo. Digamos que el puente es la definición de Cristo, es esto que tengo a mis espaldas. Es lo humano y lo divino por fin tocándose, eso es Cristo.
Y este es el movimiento del Curso de Amor, es un movimiento que toma en consideración todo lo humano:
El error de percepción
La experiencia de separación que estamos teniendo
Y no lo soslaya
No lo niega, porque no es la verdad última
Es cierto que no es la verdad última, pero en la verdad en la que nos estamos experimentando, y si no es reconocido eso, no se produce la unión. Esto es muy novedoso en relación al movimiento del Curso de Milagros.
El movimiento del Curso de Milagros era mostrarnos la verdad última. Y darle realidad solo a la verdad última, a la verdad más profunda que hay.
En el Curso de Amor también se le da realidad a esta experiencia que estamos teniendo, por supuesto que no es la realidad última, pero es necesario que desde ahí se parta para que se provoque la unión, es decir se tienen que tocar. Es este gesto tan bonito, se tienen que tocar lo humano y lo divino.
Y lo humano implica el error de percepción, que cuando se toca con el amor se corrige, pero no se corrige antes.
Y el Curso de Amor pide que deje de darle energía a la mente. Entonces, hay un punto en el que lo que fue necesario en un paso, es necesario que cese.
El Curso de Amor se empezó a canalizar en 1999, ¡¡fíjate qué año!! Quiero decir que el Curso de Amor es sobre lo nuevo, iba a decir es el advenimiento de lo nuevo, pero en realidad no es el advenimiento es, que gracias a ti, lo nuevo simplemente está aquí. Es el canal de lo nuevo, nosotros al ser Cristo.
Entonces justamente al darse el paso al cambio de milenio, ahí es cuando llega toda esta energía nueva, lo canaliza una mujer que se llama Marie Perrón. Es una mujer estadounidense que era una ferviente estudiante de un Curso de Milagros. Había leído ya siete veces el Curso de Milagros, cuando empieza a recibir esta canalización.
Empieza exactamente igual que el Curso de Milagros.
Este es un Curso de Milagros, es un curso obligatorio… empieza igual.
Y luego empieza Jesús mismo a justificar el momento en el que estamos.
En el ídolo hay miedo y hay ataque. Hay una defensa que lleva al ataque, ¿no? Entonces claro, esto es contrario al amor. Ni el miedo es lo contrario del amor, entonces no hay nada que defender. Hay una evolución, hay un camino que termina en la fusión de todo. Entonces claro, todo tiene su lugar pero no admite una separación, porque separarlo y colocarlo en algo estático, ¡es separarlo!
Entonces esto es una dinámica en la que este paso dió paso a este paso, y todo es amor. Entonces da igual las caras que tengan. Digamos que los cursos son personajes también en ese sentido y tenemos que dejar que, digamos, el personaje, no hay nada malo en eso, si se une al ser, de hecho Cristo necesita un personaje, Jesucristo es la unión del personaje con el amor.
Entonces, Cristo necesita el personaje sino no sería 100% humano, y Cristo es, según dice el Curso de Amor, 100% humano y 100% divino; totalmente humano y totalmente divino; si es totalmente humano, tiene un personaje.
El Curso es un personaje, Curso de Amor es un personaje, Curso de Milagros es un personaje, ¡ningún problema con que lo sean si se unen al amor! si se separan y dicen: «¡esta es la verdad y no las otras! entonces no cumplen su función.
No hay mejor ni peor, hay idóneo para un momento. Y todo esto se va desenvolviendo y no sabemos en qué va a terminar, de hecho Dios se sigue extendiendo, Dios mismo es novedad constante, la vida lo es, es expansión.
Entonces, fijar las cosas es un movimiento contrario a la vida, contrario al amor. Y el movimiento de soltar es pedido en el Curso, varias veces. De hecho, nuestro trabajo es soltar capas y capas, y capas, porque ya está todo.
ARANTXA CARRERA
Ahora viendo todo esto es como, ¡Uff es grande! es ¿desde donde poder honrar a todo el trabajo que se está haciendo y toda la información que estoy moviendo?. No esto sí, esto no, sino reflejar el amor que hay en todas esas partes. De ahí el trabajo cuando edito, ¿no? es como sentir cuando todo es inclusivo.
LORENA MIÑO
¡Claro, claro! La inclusión es el movimiento. No hay amor sin inclusión, no hay paz sin inclusión, es inclusión de todo. Pero también hay tiempos, ¡no en la verdad última por supuesto!
En la verdad última no hay tiempo, pero en el plano en el que estamos experimentándonos si hay tiempos. Y los tiempos están pautados divinamente, ¿no? De hecho, el Curso de Amor todo el tiempo está diciendo, es tiempo de esto… hay capítulos que se llaman por ejemplo, «tiempo de sensibilidad». Te dice todo el tiempo: Ahora estás en el tiempo de esto, ahora estás en el tiempo del otro…» nos está guiando. Hay tiempos que tienen que ver, por un lado, con la humanidad con la energía que está disponible para nosotros ahora. Que esté disponible para nosotros como humanidad, no quiere decir que todos individualmente estén en este punto de su desarrollo, quiere decir que ya es posible que venga, antes no era posible.
Ahora es posible y hay, utilizando palabras del Curso de Amor, pioneros, o sea hay gente que está como dispuesta, para decir ¡ya! ¡Ya a través de mí!
El Curso de Milagros está incluido en el Curso de Amor. Es el Hijo, el fruto de ese árbol maravilloso.
En el Curso de Milagros había lo real y lo no real. Ahora se dice lo no real está dentro de lo real, y es desde lo no real que vamos a unirnos a lo real, y eso es lo que une a Cristo.
La mente no lo puede entender esto. Que las dos cosas sean verdad, esto es lo que no puede entender. Y si, las dos cosas son verdad, en distintos planos. Entonces el corazón es el que puede dar razón, o no, a todos los niveles.Por eso yo digo que corazón es «corrazón«, porque da la razón a todo. La mente no puede, la mente es un sistema de exclusión.Si una cosa es verdad, la otra tiene que ser mentira.Y así se manejaba en el Curso de Milagros porque estaba dirigido la mente. Blanco-negro, si-no, contraste. El método de aprendizaje del Espíritu Santo era un método de aprendizaje por contraste. Ahora no, ahora ya no. El método del corazón no es de contraste. El corazón no necesita contraste, admite todo, es una Y, suma. Dice esto es verdad, lo otro también, y parece antagónico para la mente, pero para el corazón no.
El Reino de la Verdad es paradójico, y sólo se puede acceder a la paradoja, que es la verdad última, desde el corazón. El corazón entiende porque está fuera del tiempo, porque está en el Ser, que lo temporal y toda su lógica, y todos sus tiempos marcados, y lo atemporal conviven. ¿Y dónde conviven? En la Cruz. En ese punto en el que el eje vertical, y el eje horizontal, se tocan, se besan, eso es la Cruz, eso es Cristo.
La verdad del amor llega a La Tierra, gracias a mi error. Porque mi error, como me duele, me lleva el movimiento de pedir la mirada del amor que lo corrige, y ahí se tocan y hacen este cruce que es Cristo. Ya no hay intermediario. Es mi error absolutamente necesario, y con mi error está todo el plano humano.
Entonces, quizás la mejor noticia, es que no hace falta un grado de evolución mayor.
Lo que hace falta es una voluntad de un anhelo, creciente, ferviente, de Unir. Y esto es lo que hace que el deseo de separación, que todavía está en la mente del Hijo de Dios, que quiso vivir esa experiencia con el aval de su Padre, merme.
Todo esto es una cuestión de que hay dos deseos en nosotros:
El deseo de separación que nos hizo vivir esta experiencia.
Y el deseo de unión que nunca murió.
¿Y qué dice Jesús?
En el mismo momento en el que empezó la aventura de la separación, el deseo de volver a casa estaba ahí.
Se trata de que merme el deseo de separación y crezca el deseo de unión.
El corazón es lo que echa leña a ese fuego del deseo de unión. Y es la unión con cada cosa que siento, con cada emoción que siento, con esas emociones que he juzgado, con esas emociones que la mente me dice: «son un error, vienen de un error, vienen de un pensamiento egoico…, sino no podrías tener envidia, y la envidia es consecuencia de un pensamiento egoico que hay en la mente, quita el pensamiento.
Pues el camino del Curso de Amor es: ¡no! únete a la emoción, únete a esa envidia, permite que esa envidia y el amor se toquen.
Y cuando se toquen, ya el amor entró en ti, y el amor en ti corrige. Pero no es la mente la que corrige, es la unión. Y la unión no necesita que haya menos evolución para que haya menos errores en la mente, la unión necesita que el deseo de separación haya mermado y el deseo de unión haya crecido.
Por eso el único ejercicio para la mente que tiene el Curso de Amor es:
«Dedico todo pensamiento a la Unión«.
No hay más, todo se resume en eso: Mi Voluntad, mi Deseo de unirme.
No puedo unirme a lo que está afuera si no empiezo por unirme a lo que salió de mí.
No puedo unirme al estímulo que provocó mi emoción sino me uno primero a mi emoción.
Me uno a mi emoción diciéndole sea, ¿Cómo no iba a estar?
Un:»¿como no…?» amoroso es una Unión. Entonces, esa unión que es Dios, porque Dios es unión. Esa unión, ya en mí, sigue tejiendo y tejiendo y tejiendo y alcanza así al estímulo al otro. Y podríamos entender eso como el perdón. Pero ya no es mental. Ya no interviene la mente. Es el corazón, con su pasión por unir, que entiende que la unión es hacia el prójimo, hacia lo más cerca de mí, lo más próximo, que es mi Hijo, mi emoción. Digo mi Hijo porque es lo que sale de mí.
Pues ahora se trata de legitimar a todos nuestros hijos: Teníamos un montón de hijos ilegítimos; Y teníamos hijos que nos hacían quedar bien, e hijos que nos hacían quedar mal; E hijos que no mostrábamos y manteníamos en la sombra, y otros que mostrábamos; y ahora es momento de a cada Hijo amarlo, y esa es la Unión.
Para entenderlo, podría ser entender la diferencia entre el eje horizontal y el eje vertical. El eje horizontal, que es el de la temporalidad, de la experiencia humana, te puede hacer creer erróneamente que algo es excluido porque no lo esté atendiendo ahora, porque ahora me ocupe de otra cosa y eso queda en el pasado.
Lo primero, es hacerte una aclaración que la hace Jesús en el Curso de Amor. No es necesario haber hecho el Curso de Milagros, para hacer el Curso de Amor. El curso de Amor tiene como objetivo trascender la mente. Entonces, este es mi objetivo número uno, no leer el Curso de Amor de la misma manera que se leyó un Curso de Milagros, porque tienen otros objetivos. El Curso de Milagros estaba dirigido a la mente, y es correcto que sea leído desde ahí, el Curso de Amor no.
Entonces no sería correcto que fuera leído desde ahí. Sería desperdiciarlo de alguna manera. Sería trabajar dos o tres conceptos nuevos, pero no hacer el movimiento que el Curso de Amor te invita a hacer entonces. Yo intento siempre que ese objetivo quede claro.
A mí me fue necesario para cumplir este objetivo, soltar lo anterior, y Jesús lo pide, pero cada uno…
El nuevo entrenamiento, que ahora es: «suelta la mente», «deja de enviar la información a la mente», aunque sea esta información, por eso se resumen en uno los ejercicios, es sólo : «dedico todo pensamiento de la unión».
Hay otros ejercicios prácticos, que tienen que ver con el cuerpo incluso, el cuerpo tiene un lugar muy importante en el Curso de Amor. Estas son cosas que pueden hacer ruido, si haces simultáneamente el otro… ¿no? Al cuerpo se le da mucha importancia incluso, se habla de ser elevado de la forma, de ser y forma se tocan, se habla de una elevación de la forma. Hay ejercicios prácticos que tienen que ver con y mirar tu cuerpo desde afuera… Bueno varias cosas, ¿no? varios ejercicios.
Dice Jesús, que como sabe que no nos gusta que se nos den ejercicios y que se nos pida, pues lo que hace él es mezclarlos dentro de la redacción del capítulo. Entonces ni siquiera tienen un subtítulo, está dentro de la misma redacción del capítulo, está dado el ejercicio y hay unos cuantos de carácter práctico, pero todo el Curso de Amor es de carácter práctico, muy práctico.
El Curso de Amor tiene tres libros en uno:
El libro uno se llama un Curso de Amor.
El libro dos se llama los tratados de un Curso de Amor y está dividido en cuatro partes, cada una de las cuales tiene varios capítulos y se profundiza sobre temas que estuvieron sembrados en el libro 1.
El primer tratado se llama el arte del pensamiento, y esto es totalmente práctico. Es tener el pensamiento de Dios en tu mente, pero no a través de la repetición de frases como era el Curso de Milagros, sino a través del mecanismo de entender, que todo es un regalo simultáneamente, y responder con amor a ese regalo. Esto se vuelve una forma de pensar, una forma de pensar creativa, que ya no es, me repito una frase, sino es, esto que el ego me invita a ver como un drama es un regalo, y como respondo con amor. Y esto se implementa a través del pensamiento, pero esos pensamientos surgen de ti como respuesta de amor, ¿no? Esto es muy práctico, muy práctico.
Y termina en un libro 3 que se llama los diálogos, que también tiene dos partes:
17 capítulos primero y luego tiene lo que se llama los 40 días y las 40 noches, que son 40 días que pasas con Jesús en la montaña, y él dice: «vamos a hacer algo que nunca fue hecho hasta ahora. Te voy a pedir que te dividas, y que vengas cada día conmigo a lo alto de la montaña y que estés simultáneamente en tu plano humano y en la tierra implementando esto». Esa separación, eso no fue hecho hasta ahora, él la llama bifurcación, y entre esas dos cosas relación, diálogo.
Aquí aparece algo que me parece súper bonito e importante: Unidad ya no es uno, unidad es el carácter de lo unido. Lo unido no es uno, es múltiple en relación. Lo humano y lo divino unidos, esto genera una unidad. Por eso, a veces se dice, desde un desconocimiento, pero se dice que el curso de amor es dualidad, y no lo es en absoluto, pero es una unidad que no tiene que ver con uno, tiene que ver con lo unido. Entonces, la dualidad está contemplada y desde ahí se comienza el movimiento de unión, pero en todo caso sería trinidad, porque está la dualidad, está la no dualidad y está lo que los une. Esto es lo unido. No es casual que la misma palabra unidad pueda aludir a uno o a unido, y no necesito que: «algún día, con un entrenamiento…», sino ya, a través de mi error capitalizando todo lo que hay.
La forma es el medio a través del cual porque es lo que tú tienes, y tú tienes que hacer con lo que tienes, sino no es real es para ti. Tiene que tenerse en cuenta y desde ahí se eleva para tocarse con lo divino, ¿no?
El objetivo es la unión, el objetivo es el equilibrio, la armonía. Pero si hubo una supremacía, entonces es necesario que tenga ahora su momento esto, pero para volver a la unión.
El Curso de Amor es pura energía femenina, es el lado más femenino del Amor, de Dios,que no niega lo anterior, que va a ser este ensamblaje, pero lo va a hacer el corazón, va a ser como lo femenino guiando a lo masculino de cómo estar al servicio y no en dominación, ¿no?
Ese es el trabajo que hace el corazón con la mente. La mente no desaparece, la mente está unida, pero es una mente muy distinta, es una mente mucho más relajada, y mucho más servicial.
Servicial, esa es la palabra, está al servicio. Y aprende a estar callada, aprende a dejar al corazón que guíe, porque el corazón tiene ecuanimidad, es una de sus características que lo hace más apto para guiar que la mente. Pero el corazón guía a la mente y la hace ensamblarse.
Dice Jesús, que mente y corazón siempre fueron una sola cosa, son una sola cosa, pero que él se ha referido como si fueran dos cosas separadas porque así lo veíamos, pero para guiarnos a volver a unirlas, pero es el corazón el que puede hacer ese movimiento de unir.
La mente teme al corazón, esto dice Jesús en el Curso, porque lo entiende como caótico, como algo no fiable, como algo que le puede llevar a hacer locuras. Lo entiende como una falta de lucidez, ¿no? Y no es eso el corazón, pero esa es la imagen que tiene la mente del corazón.
Ahora lo que el corazón quiere, es amar lo que no fue amado. Esta es la manera de curar, pero el movimiento no es tanto a corregir, a inventar, sino a abrazar. A abrazar a todo aquello que fue dejado de lado.
En el Curso de Amor eso tiene un giro y se nos invita a concebir la idea de que es posible en este plano que no haya un ego, y se nos conduce a eso.
Hay un punto en el Curso de Amor en el que Jesús dice: «el ego se ha ido». En la forma tiene que ser posible vivir la ley del Amor, esto es lo que propone el Curso de Amor.
Nosotros estábamos en la mente y el amor llega a donde tú estás. Te estás experimentando en la mente, ese es el canal que tienes abierto, bueno pues da una información para la mente. Esta información, digamos digerida por la mente, dio como resultado que disminuyera lo suficiente el miedo, no del todo, pero lo suficiente para ahora abrir otro canal. Este canal permite información que desde el otro canal era inadmisible. Aquí por por este nuevo canal puede entrar.
Era lo que la mente necesitaba, era una estrategia de darle a la mente, digamos, que tenía que entrar por la mente.
El Curso de Amor, al principio una pequeña introducción, que dice algo muy interesante y dice: «que hasta este momento todo lo nuevo que hemos ido incorporando, como nuevas técnicas en la espiritualidad, todas de alguna manera, las recibía la mente, y lo que hacía la mente con esa nueva información, era disponer en el mapa con las mismas fichas, otras formas». Las fichas eran las mismas, las organizabas de otra manera. Entonces estructuraba una nueva realidad, pero con las mismas fichas.
Entonces, lo leo desde el eneagrama; lo leo desde la astrología; lo leo desde el Curso de Milagros; pero siempre era información para la mente, mapas…
El Curso de Amor patea el tablero. Ya no hay fichas, ya no hay mente, se va al eje vertical. Así un salto, pero para en el eje vertical, bajar a La Tierra.
Es hoy, es posible es lo realizado entrando en el plano que no había sido tenido en cuenta.
Extracto de EL PISOTÓN DEL UNIVERSO. MANUAL TÉCNICO DE SUPERVIVENCIA EN LA ILUSIÓN.
19 diciembre 2019
REYES OLLERO
No es lo mismo reconocer Quién Soy, y esto, el reconocimiento de Quién Soy se expresa cuando siento en mi corazón este goce… No es lo mismo reconocer Quién Soy, no es lo mismo reconocer el Cristo, Dios, el Amor, la Esencia, la Fuente… me gusta emplear muchos nombres para que sea extensible a cualquier nivel de conciencia. No es lo mismo reconocer el Amor, que luego extender este amor al mundo… extender este Amor a la relación…
Dentro de este camino hay una palabra para mi maravillosa que define muchísimo cómo vivimos la Relación Sagrada, que es la relación con Dios, como la vivimos en el mundo comprimida por una serie de ideas, una serie de conceptos. Se llama la Relación Especial.
Por un lado no puedo dejar de ser lo que soy… este goce, esta expansión, este deseo profundo de darme, este deseo profundo de compartir, este deseo profundo experimentar,… pero también no sólo está esto, sino que en la Relación Especial también está todo el poder que le he dado al ego. Por tanto la relación parece una relación contraída en la que aparece el miedo, en la que aparece la competencia, en la que aparece el enfado… ¿Por qué? Porque la relación se basa en la idea que yo estoy separado del otro.
Cuando yo me creo separado del otro no puedo amar, no puedo amarle.
Porque en el momento en el que te sientes separado de la otra persona, en mi interior aparece el miedo. Sí yo no soy lo mismo que él, en cualquier momento el otro me puede traicionar. En cualquier momento el otro me puede abandonar, en cualquier momento el otro me puede fallar. Sí el otro está separado de mí, yo no puedo amar.
Sí en esta idea de separación surge inevitablemente la idea de necesidad. Si yo creo que necesito al otro, no puedo amar.
Tarde o temprano, todos los amantes de la Verdad, nos encontramos con él. Evidentemente una cosa es descubrirlo y otra que nuestro corazón diga: «¡Ah claro, sí! ¿Cuánto voy a amar si te veo separado de mí?… si entonces te vuelves una amenaza para mí.»
¿Cómo te puedo amar desde aquí? Aunque tomemos conciencia de ello y empecemos a descubrir esto en nuestro interior, evidentemente el proceso de integración de esto en nuestras relaciones cotidianas, es una elección para hacerla, fíjate lo que te digo, ya no te digo cada día, sino para hacerla en cada respiración.
En cada respiración, aquí, en esta relación con tu pareja, en una relación con mi pareja, en la relación contigo, en la relación con todo, hay una elección, de qué elijo…«¿Elijo ser lo mismo que tú?» ¿Elijo ser el mismo que tú, elijo ser una misma mente, elijo ser en un mismo corazón y elijo ser una misma sustancia? o ¿elijo ser algo separado de ti?
Sí elijo ser algo separado de ti, bueno pues entonces estamos en el plano de la Relación Especial; en lugar de en el plano de la Relación Sagrada, estamos en el plano de la Relación Especial.
Habitualmente, te estoy hablando como si fueran dos polaridades, pero realmente lo que sucede en el camino de lo humano, es que paso de una relación a otra: ahora para mí eres una Relación Sagrada, y ahora para mí eres una Relación Especial… y ahora eres una Relación Sagrada, y ahora eres una Relación Especial… y me juzgo muy duramente cuando estoy viviendo este baile en el que de repente siento el goce del encuentro contigo en unidad y de repente me separo, te rechazo y no te quiero ni ver, y te conviertes de repente en un extraño, ¿no?
¡Este baile! Este baile en el que ahora Soy y ahora olvido Quién Soy y juego a no Ser ¡Este baile es el que he venido a perdonar aquí en todo lo humano!
La primera palabra que me viene, para todo el proceso de sanación de mi mente, es: AMABILIDAD. Ser muy amable.
¿Qué significa amable? Soltar el juicio ahora sobre lo que está sucediendo. No me refiero al juicio que hay en mi mente, a través del cual me estoy separando y enfadando con el otro. Sino a darme cuenta de este momento, lo único que está pidiendo, es que yo me de a amarlo tal y como es.
Esto quiere decir que si en este momento estoy enfadada, estoy enfadada… y si en este momento estoy viendo ataque, estoy viendo ataque… Esto es lo que está sucediendo, y no tendría que estar sucediendo nada diferente: está sucediendo lo que está sucediendo.
Y darme a comprender está oportunidad de sanar, que no está sucediendo nada malo, que lo que está sucediendo es la vida, y lo que pasa es que yo estoy juzgando este momento como algo malo.
En este momento tengo una cita con mi pareja, ¿y por qué la llamo cita de amor? porque a través de este momento, yo puedo conectar con lo que está sucediendo en mi mente para trascender este momento, y donde no había amor, llevar el amor. Pero este momento ahora es como es. Entonces lo primero es (siempre os lo digo y siempre me lo digo) lleva aquí la amabilidad, date el total permiso de como te estás sintiendo en este momento sin pretender sentirte de otra manera.
Esto es lo primero. Entonces a partir de aquí ¿que hago? Suelta, Respira.
¿Con quién decido vivir este momento y a qué voz estoy eligiendo escuchar ahora?No importa lo que hagas. Al ego le importa mucho siempre lo que hacemos en las formas. Siempre le importa lo que hacemos en las formas, porque de alguna manera existe a través de lo que hacemos en la forma:
Existe en favor del juicio
A través del mérito
Y a través del logro
Y a través de la idea del fracaso
Pero realmente es algo mucho más sencillo es:
¿Qué estoy eligiendo ahora? ¿A quién estoy eligiendo escuchar? ¿Estoy eligiendo escuchar a la voz que habla por Dios? ¿A la voz que habla por el Amor?
A través de qué ojos estoy mirando este momento, porque si lo miro a través del amor, no importa lo que hagas Arantxa, no importa.
No importa que te quedes, no importa que te vayas, no importa que estés enfadada en este momento, no importa porque eres completamente permitida. ¡Tu expresión es completamente permitida, es completamente abrazada!.
En la unidad nada me puede faltar, en la unidad no tengo nada que retener, no tengo nada que conseguir, no tengo nada que lograr… Si yo me quiero sentir plenamente abundante ya no hablo únicamente del dinero: es elegir ahora llevar toda mi atención a sentir, a sentir, a sentir a Dios aquí.
Desde aquí la carencia se deshace. Fijate Arantxa estamos viviendo una experiencia de carencia, una experiencia de carencia en todo. La carencia es igual a miedo, la carencia el efecto del miedo, y el miedo es el efecto de negar la relación con Dios ahora.
Estamos llenos de experiencia de carencia en todo:
Carencia al amor
Carencia de dinero
Carencia de tiempo, ¡Qué me dices del tiempo!
Carencia de creatividad
Carencia de vida
Estamos viviendo constantemente, estamos proyectando constantemente una experiencia de carencia. Y lo único que pueda acabar con la carencia, es elegir La Unidad ahora, elegir abrirme a sentir la plena abundancia ahora, que se vive a través de La Unidad.
Y lo maravilloso es que cuando yo me doy, doy en mi vida a vivir la abundancia en todo, que realmente que vivir la abundancia en todo, es darme a vivir la Relación Sagrada en todo. Entonces, me abro a reconocerla en lo pequeño Arantxa, en lo pequeño. Yo siempre os hablo de una espiritualidad en lo pequeño. Encontrar a Dios en lo pequeño, lanzarme encontrar la abundancia, la plenitud, la unidad, en lo pequeño.
Y lo pequeño es ahora que cojo un vaso de agua y estoy bebiendo agua; en lo pequeño es ahora que estoy fregando un plato; en lo pequeño que estoy respirando; en lo pequeño es ahora que miro por la ventana y veo cómo pasa una nube; en lo pequeño es ahora que está cantando un pájaro, y decirme:
¡Guau, es que en el canto de este pájaro está toda la eternidad, está todo en abundancia! ¡Es que en este sorbo de agua está toda la eternidad, está toda la abundancia!
Entonces, me doy a la práctica de deshacer la idea del límite, la idea del límite es la idea del cuerpo;me doy a la práctica de deshacer la idea de carencia de mi mente.
Y entonces empiezo a vivir una experiencia sin miedo, una experiencia desde lo pleno. ¿Qué es constante esta experiencia desde lo pleno? ¡No! No es constante. Me voy a perder, me voy a perder, porque por un lado quiero esta experiencia desde lo pleno, pero por otro lado quiero un poder personal, quiero mi un logro personal y quiero mi Relación Especial. Todavía mi voluntad está un poquito dividida, entre quiero y no quiero, pero no importa, no importa para nada.
Me doy cuenta porque mi sentir me avisa de que en este momento estoy eligiendo la separación y digo: “¿Pero yo qué es lo que quiero?” Lo pleno…
¿Qué quiero valorar ahora? ¿Quiero valorar ahora el miedo? ¿O quiero valorar lo pleno?
Me doy a este camino de valoración de lo pleno, en lo pequeño, en lo pequeño… Y si me caigo, me levanto, pero me levanto sin culpa, ¡me sacudo! Me sacudo como un niño cuando está aprendiendo a andar y se cae. Y si no hay nadie que le está mirando con terror simplemente mira y dice: “¡Uy me he caído!”, y sigue andando porque sabe que no ha pasado nada. El mal no existe. Es lo mismo, pecado y mal es lo mismo y no existe.
Puede ser que en este momento estés sufriendo, pero simplemente es un error de percepción. Y el error de protección se produce en mí cuando, yo he perdido, he negado a Dios en mi, he negado mi guía interna.
Por lo tanto el error de percepción es corregido cuando yo vuelvo a dar permiso a Dios para que sea él qué me habita y sea él el que mira.
Y no es más, no es más, siempre desde la inocencia, ¡lo que corrijo es un error, no un pecado!
Puedes decidir en cada momento volver a tu centro y elegir la verdad y elegir escuchar el amor. No estás obligada a escuchar esa voz. Es más, es bueno recordar, que esa voz que me habla de miedo, de miseria, de limitación, es una voz que yo misma he inventado. ¡Qué no es real! ¡Qué es un invento, qué es una invención, es una imaginación, no es real
Y que tiene el poder justo, que yo decido darle en cada momento. Y esto es importante porque muchas veces creemos que esa voz es muy poderosa, que tiene todo el poder sobre mí. Pero cuando yo recuerdo el inventor o la inventora de esta voz y que en cualquier momento puedo elegir dejar de sostenerla, ¡por qué yo misma la inventé!… y recuerdo que es una invención, que es una ilusión, algo se abre en mí. Algo se abre, algo se abre para recordar realmente que nada, absolutamente nada, tiene poder, sobre quién soy.Y qué una ilusión jamás va a tener poder sobre quién soy, a no ser que quiera jugar a ello, que yo elija jugar a ello.
Este camino es sinónimo de paz.
La vida no es un camino de logro, es un camino de descubrimiento. Estamos enfocados en el logro, en lugar de estar enfocados en el descubrimiento.
La vida es distante, en este momento todo lo que tú haces, cada día, esta conversación que estamos teniendo, no es para lograr nada, es para descubrir lo que ya está, es para descubrir que el amor está aquí, que el Amor es lo único real.
Entonces, cuando yo doy mi vida a un camino de descubrimiento, a un descubrir este momento, para descubrir, descubrir… Descubrir la Verdad, descubrir el Amor, descubrir lo que ya está, no vivo la vida desde el estrés. Sino que me doy cuenta que cada vez que me aquieto en cada respiración, lo que ya está, sucede.
Entonces puedo descansar comprendiendo que todo lo que imagino ya Es.
Por tanto cuál es el fin, ¿cuál es el propósito de este encuentro?, ¿cuál es el propósito de este momento que estoy con mi hijo?, ¿cuál es el propósito de este momento que estoy con pareja?, ¿cuál es el propósito del canal?… Descubrir en este momento, que lo único real que está existiendo, es Dios. Este es el propósito, y se hace a través de la Relación.
Entonces, de esta manera me habro a comprender, como tú bien has dicho, como este camino, es un camino para reconocer que si hay “algo productivo” en este mundo, es vivir la Paz Ahora.
Cuando vivo la paz yo entro en un momento cuántico, entro un momento de no tiempo, dónde estoy viviendo la eternidad, donde toda la presión del tiempo cae.
¡Puede haber algo más real, más gozoso que esto!
¡Quiero vivir mi vida totalmente descansada!
Y descansando, descansando la verdad Esto es vivir una vida despierta.
Todo está en tu mente. No puedes ver nada que no esté en ti.
Cuando recibo a Dios, la copa se llena, y necesariamente necesita desbordarse, ¿no? Entonces me desbordo, y el cuerpo ya no es un límite, sino que es un instrumento que se pone el servicio para sentir a Dios.
Entonces me desbordó y se desborda la piel, se desborda la estructura, se desborda el límite, y tengo que darlo… Y es como: ¡quiero darme! ¡quiero darme! ¡quiero darlo! ¡quiero darlo!
Cuando tu recibes la Gracia, es inevitable que quieras darla. Es inevitable que quieras desbordarte y entregarla, ¡es inevitable!
Extracto de EL PISOTÓN DEL UNIVERSO. MANUAL TÉCNICO DE SUPERVIVENCIA EN LA ILUSIÓN.
12 diciembre 2019
JORGE PELLICER:
La muerte o la supervivencia forman parte de ese sistema de pensamiento para enraizarte en el plano físico. Tú necesitas una programación para enraizarte. Si tú quieres jugar al parchís, necesitas una ficha en la cual enraizarte. Si tú quieres jugar a cualquier juego o vivir cualquier experiencia, necesitas algo en lo que enraizarte.
Enraizarse no es bueno ni malo, es simplemente el programa para vivir una experiencia. Si tu deseo es vivir una experiencia, has de enraizarte para poder vivirla y mirar desde ahí. El tema es que no eres aquello en lo que te enraizas.Y el sueño feliz es vivir quién soy, aún enraizado, que significa viviéndome dentro del marco físico.
Entonces, la supervivencia forma parte de esa programación útil para el mantenimiento del plano. Es decir, no te tires desde la ventana…
Hay un instinto de sobrevivir, lo que pasa es que esta supervivencia se convierte en dolor, cuando creo ser un cuerpo, cuando me he asociado tanto a la idea de cuerpo que se me ha olvidado el Yo Soy que soy, más allá de todo plano.
Entonces tenemos la línea horizontal y la línea vertical. En la línea vertical Yo Soy, y en la línea horizontal me vivo en todas las ideas. Este plano de existencia está en la horizontal, en la vertical estás siempre en la presencia Yo Soy. Y siempre está el punto de la Cruz, esa intersección dónde se une el Cielo y La Tierra.
Todo lo que conlleva la supervivencia, a nivel de diálogo interno, es cansancio.
La supervivencia desde sistema, desde esa línea horizontal hay que trasmutarla, hay que reconocerla, hay que amarla también, hay que saber cuál es el propósito.
No hay ningún problema. Te lleva a la vivencia del plano, te lleva a cuidar tus macetas, a ponerle el bocata a tus niños, ¿entiendes? Pero hay que ir más allá de ella. Reconocer que es un medio, que está a tu disposición, que no estás preso, que no estás atrapado en ella. Que el instinto es la vida extendiéndose. Lo que pasa es que creo que la vida es la cosa a la que me agarro, y me apego a la cosa, sin darme cuenta que las cosas van y vienen en mi permanencia.
Es cuando me asocio a la cosa, cuando surge el miedo a perder la cosa. Eso es la creencia en la muerte, y eso es siempre cuando he olvidado el Yo Soy que soy. Me he asociado a una idea, la he hecho fuente y creo que es la fuente de mi vida.
Por ejemplo, creo que el cuerpo es la fuente de mi Ser, y si lo pierdo muero; es la creencia de que mi pareja es la fuente del Amor y si la pierdo muero; es la creencia de las cosas como fuente.
Esa es la confusión. Que todas las cosas están al servicio del Yo Soy que eres.
La muerte es constante y continua que significa el fin de ideas, porque el mundo de la creación del pensamiento es finito y transitorio. Las cosas mueren y aparecen, que significa, que aparecen y desaparecen.Tú la ropa que llevas puesta… el Yo del día de hoy muere y empieza el Yo del día de mañana. La ropa que llevas puesta muere, cuando la pliegas o la metes en la lavadora o en el cesto de la ropa. Ha muerto el Yo que llevaba la ropa hoy. ¿Y qué surge? Renace un cuerpo o un Yo vestido de otra manera.
La oruga muere, ¡¡la idea eh, la idea!! pero la entidad se vive en la mariposa. Lo que no muere es la vertical, que es la entidad que se vive en ambas.
Tú puedes vivir muchas experiencias de vida, muchas vidas, pero tú jamás puedes morir, porque eres quién se vive en cada una de ellas.
Tú puedes representar el rol madre y el rol hijo o hija, el rol vecino, pero tú no mueres, en la línea vertical jamás hay muerte, es en la línea horizontal, en este ir y venir de ideas. Por lo tanto, tu permaneces ante la impermanencia de las ideas del mundo de ideas.
Entonces la creencia en la muerte es la idea de que al ser cuerpo, creo que yo, al ser el cuerpo la fuente de mi vida, creo que moriré. He confundido la línea horizontal con la vertical.
Fíjate un ejemplo. Imagínate que estás jugando a un juego de mesa y te asocias tanto al juego de mesa, que empiezas a sufrir, o a temer, a creer que puedes perder fichas… Toda esta asociación de ideas de supervivencia, conectas con la supervivencia, de ganar, y de miedo a perder. ¡Estás ahí! ¿Hasta cuándo? Hasta que haces ese gesto para atrás que en realidad es, me reubico en la vertical, que significa:
«¡Oye qué esto es un juego de mesa!»
«¡Oye qué Yo Soy más allá del juego!»
¡Oye qué Yo Soy permanente!»
El Yo Soy que soy, es permanencia y esto es impermanencia. Es el Yo que Soy el que se vive en la impermanencia. Quién extiende el jardín del Yo Soy yo en la línea horizontal.
Esto, es que te reubicas. Reconoces tu permanencia, reconoces tu impecabilidad, reconoces el Yo Soy eterno que eres, el Yo inocente que eres… y es ahí cuándo empiezas a soltar, por comparación o por discernimiento, de un sistema de pensamiento que te dice: «¡Esto no!», o tienes pajaritos en la cabeza… Has salido de esa programación que en otro momento la hubiese escuchado desde el miedo, y ahora estoy viendo el diálogo frente a mí sin estar dentro de él. ¿Por qué? Porque me he unido a la vertical, lo que significa, he salido del sistema de pensamiento asociado al cuerpo y a la supervivencia.Estoy viéndome desde otro mirador, estoy reconociéndome desde otro Santo lugar. Estoy reconociendo este pensamiento como opcional.
Oye, ¿y por qué no? Estoy reconociendo la opcionalidad de un pensamiento. Estoy reconociendo mi libertad de dicho pensamiento. O sea, es que no hace falta culparme de esa manera, no hace falta pensar así… Cómo que no va a ir bien.
No va a ir bien es un pensamiento, en el que sí me asocio, lo vivo y tengo mucho miedo, o «no va a ir bien», puedes dar ese paso a la vertical y decir:
«No va a ir bien es un pensamiento, ¿quién me obliga a pensar que no va a ir bien? Conozco la Ley, si miro este pensamiento y me adentro en él experimentaré sus efectos». Porque no hay pensamientos neutros. Pero tengo la opción de al reconocer, por puro discernimiento, la experiencia sentida, el despliegue de la línea de potencial de este pensamiento. Puedo elegir no entrar en él, que en realidad es el perdón que tú comentas. Es, este pensamiento de culpa es opcional, no tengo porqué sostenerlo, no soy culpable.
¿Ves cómo te sales de una idea y la ves? Antes estaba dentro de una idea, y creo ser la idea. Ahora veo que la idea es una idea, y que yo soy Yo, y que no soy una idea, o no soy esa idea… ¿Y entonces qué pasa? Me da la libertad de poder elegirla o no, me da la posibilidad. Y es cuando el Curso de Milagros nos dice: «Hay otra manera de ver».
Te da dos posibilidades: puedes verte y creerte culpable, pero hay otra mirada, está la mirada de la inocencia que también está disponible para ti. Pero observa y aduéñate de cómo sostiene una idea. La sostienes, la reafirmas, la eliges, y la experimentas.
Es a través de este adueñamiento que te permites soltar esta idea, que es lo que se llama la entrega al espíritu. La entrego significa, ya es vivirla de otra manera. Es reconozco esta idea como ilusoria, la entrego a aquella sabiduría que sabe y puede, ¿vale? para vivirme, para soltar la idea, para colmar mi consciencia de Amor, de inocencia, de la otra mirada, disponible para mí.
Por Jorge Pellicer para Holistic Matriz del Cambio
Extracto de EL PISOTÓN DEL UNIVERSO. MANUAL TÉCNICO DE SUPERVIVENCIA EN LA ILUSIÓN.
4 diciembre 2019
JORGE LOMAR:
La confusión que sucede es que hemos creído que la forma es un fin, que es el yo, que es el ser.
La forma es un medio. Tú estás haciendo un trayecto humano. Has comprado el pasaje, vas a terminar el viaje.
Entonces en tu trayecto, hemos elegido identificarnos con la estructura, con la forma.
Entonces vamos a perdonar la estructura. Perdonarlo implica liberarte de ella, pero no rechazarla ni destruirla.
De esa manera la estructura también perdona, se está perdonando constantemente, no es algo a rechazar:
No existe el rechazo en nuestro proceso
No existe el rechazo en nuestro ser
No tiene sentido el rechazo
Todo lo que hacemos es simplemente deshacer nociones de rechazo dentro de nosotros… y entonces surge la adopción de rechazar la estructura, y la deshacemos.
¡¡No rechazamos ni al rechazo!!
Deshacemos la noción que brota del rechazo que es un juicio a la estructura y nos damos cuenta cómo la estructura siempre ha sido un medio.
Y como tal, si un niño se tira por una montaña con una bicicleta, y está disfrutando toda la cuesta abajo, le está dando el viento en toda la cara, puedes decir:
“Pero ha tenido que aprender a montar en bicicleta y ha tenido que subir la montaña durante dos horas”
¡¡Y que le importa!! ¡¡No le importa nada!! Ni todo ese esfuerzo, ni todo ese movimiento, ni toda esa energía, ni todo ese dinero.
No importa nada, no es nada, y comprendo lo que es la estructura. Es medio, no es fin, no importa nada.
¡¡Tú estás cabalgando la estructura para sentir el viento, para sentir el fresco, para sentir la luz del sol, para sentir el frescor, para sentir todo lo que es la vida y disfrutarla sin miedo, sin rechazo!!
Entonces la estructura también es… lo tecnológico, también es quedar una hora, también es mi cuerpo: “Ahí me duele aquí”
Son tantas cosas la estructura…, entonces nos proponemos en ese intento que hacemos al principio de vivir la no dualidad pura, con toda nuestra mejor voluntad, e intentamos ser muy puristas, e intentamos vivir sin estructura, y nos encontramos con una contradicción constante, cuando en realidad lo que quiere tu corazón es ver la estructura con pureza.
¡¡Como la ve el niño!! ¡¡Como un juguete!! Es un juguete.
En esa pureza de ver la estructura, nada tiene importancia. Que tú estás fregando un cuarto y de repente vienen cinco personas, pues vuelvo a empezar, no pasa nada. Es estructura.
Es como un pajarito que está haciendo su nido y tarda tres meses en hacerlo, y viene una ráfaga de viento, lo tira al suelo… ¿Se pone el pajarito a pensar “maldito viento como me ha tocado esto a mí”? ¡No!, el pajarito ya está buscando otra ramita, la primera del siguiente nido. Es estructura, el pájaro lo comprende perfectamente: es forma.
Simplemente es el error de percepción es la valoración de la forma.
Tu consciencia es creación. Estás constantemente creando, no estás nunca dejando de crear. Somos consciencia, nunca dejamos de crear.
Cada vez que cambias de propósito, y en vez de un propósito del ego, te vas a unpropósito del amor, de la expansión, de la creatividad auténtica, estás cambiándolo para toda la mente, o sea, estás recordando nuestra función a todo lo que somos.
La forma simplemente han sido un medio de relación, un medio de creación, ¡¡y ya está!!. ¡No tiene más importancia! La forma se transforma y cambia tu escenario. Es como reabsorbida y cambia, y ahora ocurre otra cosa. Y deja de tener peso en tu vida, no te quedas con ello.
Cuando se dice fabricación aquí, en realidad lo que hacemos es reproducción.
La fabricación en realidad es reproducción. Es como si vas a hacer una casa, y fabricas la casa, pero ya los ladrillos están hechos, el cemento está hecho, los platos están hechos… En realidad está ya todo hecho. Lo que se hace es una reproducción. O sea en realidad, no estás creando en absoluto. Entonces siempre cuando es ego y es miedo es reproducción.
Intentamos extraer goce de muchas cosas que simplemente no tienen valor. Es así de simple. No son ni buenas ni malas, no tienen valor, no expresan la verdad, no son nada.
Estamos constantemente tomando todo tipo de formas, y las formas como digo son medios. Tú agradeces ese medio, pero no es ni bueno ni malo, no es nada. Es algo temporal que te presta servicio, y lo que es divino es la relación en sí.
Entonces, es devolver la cualidad de medio a todas esas preocupaciones que tenemos y no, todo esto es un medio que he usado, ¿para que lo quiero usar ahora?
Entonces, me doy cuenta cuando uno está, estos días que estamos como espesos, que nos cuesta darle sentido a la vida, que no sabemos para qué sucede nada, estos días que estamos como que no saliéramos de nuestro mismo ombligo… estamos todo el rato pensando en ese yo fabricado, en esa personalidad, en esa forma con la que estamos obcecados en esa relación, y si te fijas cada vez que has salido de ahí, y has dejado de obcecarte, te has abierto a una relación más grande.
Aunque te hayas puesto a pasear por un bosque y te hayas abierto a la maravilla que se desplegaba, solamente eso, te ha puesto en relación con el todo en vez de con tu forma.
Y siempre hemos amado igual, no ha habido otra alternativa, siempre has abierto tu relación, desde estar obcecada, has abierto tu relación, y entonces de repente te has mirado al espejo y te has visto inocente.
Extracto de EL PISOTÓN DEL UNIVERSO. MANUAL TÉCNICO DE SUPERVIVENCIA EN LA ILUSIÓN.
29 noviembre 2019
NÚRIA GUINART:
Para mí el perdón es sinónimo de indefensión. Y estoy hablando de algo completamente interno y mental, porque puede ser en cualquier lugar de tu mente.
Estás aparentemente en cualquier lugar y el miedo se intenta proteger a sí mismo. Entonces, tú te encuentras sintiendo culpa o preocupación y lo que haces es intentar hacer algo a veces muy sutil para que se vaya.
“Esto no me gusta”… y hay una declaración, “esto está mal”, “estoy mal”, “hay algo que tengo que solucionar”, “lo que hago no lo estoy haciendo bien porque no se va”,“lo estoy haciendo bien porque se está yendo”.
Toda esta amalgama de pensamientos no los necesitamos.
Practicar la indefensión que es…
Cruzar eso
Soltar cualquier significado
Soltar tu interpretación
Porque en ese momento simplemente siento que hay confusión en la mente: estoy confundida porque no estoy en paz. Nada más que decir.
Indefensión: Permito, no intento ir más rápido de lo que está yendo. Me doy cuenta que yo no soy un agente individual, me creo que yo soy quien hace las cosas, que yo soy quien debe solucionar esto. ¡No, no, no!
O existe la unión, o es una mente, o aquí somos seres separados. No tengo que hacer absolutamente nada, y en ese no hacer nada, es cuando realmente hacemos todo.
Para mí el punto es practicar e ir profundizando en la indefensión.
Y la indefensión es ver que ahí sueltas los juicios aunque haya miedo ¿y cuánto puede estar este miedo si lo dejas de enjuiciar y de interpretar?
Estos son los pasos que tú me decías: “hay autores que dicen tres pasos”.
Realmente a lo que están apuntando es:
No me estoy sintiendo en paz
Lo observo
Elijo de nuevo
Simplemente no hago nada con eso, ¡¡elijo de nuevo!!
Cuando lo vemos difícil, no es que sea difícil, es que hay resistencia, porque hay un hábito mental, una identificación con la individualidad, una identificación con todo.
Pongámoslo así, con toda una psicología una emocionalidad, que nos soltamos, que creemos que nos representa, que creemos que nos dice la verdad. En esa identificación, pues uno no hace sino reproducirlo, reproducirlo, reproducirlo, reproducirlo… y es indefensión.
Al nivel que creemos que están los conflictos no está el conflicto. Aquí estamos presuponiendo que hay un conflicto y que es de determinada manera.
Estoy definiendo una situación de una manera determinada, la estoy viendo.
Algo que dice un curso en milagros es que:
“No veo nada tal como es ahora” (UCDM L-pI.9)
Luego:
“No veo las cosas como son, sino como creo que son”
Estamos definiendo una situación de una manera, con un prisma, ¡¡qué es en sí el conflicto!!
El conflicto es siempre es un conflicto de percepción: estoy definiendo la situación de manera problemática, y con unas opciones que no son verdaderamente la solución, porque no estoy definiendo verdaderamente las cosas como son.
Quizás es un poco rebuscado, pero esto, lo que nos invita es a que tiene que haber un punto que diga: “no tengo ni idea”, pero de verdad, porque parece que aún sabemos cosas.
Tus pensamientos son los únicos que pueden hacerte daño. Son tus interpretaciones de las situaciones lo que te está doliendo, lo que te está inquietando, no es nunca una situación externa y ahora ni nunca pudo ser hecho, siempre es una interpretación en tu mente, un pensamiento en tu mente.
Estamos en la dirección de cuestionar, no dar nada por sentado. Nos estamos dejando en paz, estamos siendo amables con nosotros mismos, porque aquello que yo creo ver fuera, es la imagen idéntica, es la imagen representada, de lo que creo que hay dentro, porque dentro y fuera son lo mismo.
Hemos creído ser algo, hemos albergado una serie de juicios, una serie de auto-condenas de pensamientos de ataque, de pensamientos de miedo, de pensamientos de… “esto no”, “esto sí”. Y esto lo vemos representados en nuestro mapa mental.
Y en esas situaciones, cuando tú dices:“Ay, si no hay ataque”.
¿A quién no estás atacando sino al concepto que habías tenido de ti mismo?
Porque lo que estás soltando es una desidentificación, te estás desidentificando.
Llámale…
El personaje
El ego
La condena
La culpa
Estás diciendo…
Es que esto no va de culpas
Esa que esto no va de juicios
Es que veo el juicio donde me ha llevado
¿El juicio me ha llevado a qué? ¿A sentirme de qué manera? Enjuiciando, condenada, disgustada, no me apetece…
¡¡Hay otra manera!! Por eso estas poniendo en juego el perdón.
El perdón es algo que vamos cultivando a lo que nos vamos abriendo, y esta mirada de inocencia, esta mirada de: veo esas dinámicas y no juzgo sino que simplemente las contemplo.
A mí me encanta esa definición que:
“Es el perdón es tranquilo y sosegado y no hace nada”.
Contempla, ¿no? Contempla si esas dinámicas que antes te podías haber enganchado y dejan de tener significado para ti. Estás soltando los significados personales, por eso te puedes sentir más a gusto o más en paz en situaciones en las que antes, pues, estarías con “la metralleta disparando”.
Si no siento paz ya sé qué voz estoy escuchando en mi mente, por tanto en ese momento que estoy inquieta valorando decisiones, que no son realmente decisiones.
Es que las decisiones son desde donde quiero percibir esto, desde donde quiero contemplar y experimentar esto, no es si es A o B, porque son la misma opción porque estás en conflicto.
Por tanto es, cuando estamos en conflicto, nosotros lo que intentamos es sacarnos a nosotros mismos de ahí, y es como: “¡¡No, no!!” Ese es el mismo ego, es el sistema de de volver a reforzar el conflicto.
Es…
Me aquieto
Permito
Permito esta emocionalidad
Permito estos pensamientos
Los observo
“Los pensamientos no son enemigos, no hay enemigo, estos pensamientos de duda, los permito sin creérmelos”.
Es esa actitud de unión al perdón, ¡ahí te está asumiendo al perdón! ¡ahí te está subiendo al perdón! y desde ahí uno se siente inspirado.
“Debo de…”, “tengo que…”, “debo de hacer esto porque creo que será lo mejor…”, uno se siente en la tensión de debo o tengo, sino uno se siente “inspirado a…”.
No es estar inmóvil conductualmente, estoy hablando de la actitud interna, en la que una vez empiezas a mirar desde esa paz, desde ese perdón, es que te ves yendo para la derecha, no es tanto algo que tenga o deba de hacer. Es ir escuchando un mensaje como me salga a mí expresarlo, esto no va al esfuerzo. Esa perspectiva es una inversión de nuestra naturaleza, es una creencia y de ahí el sacrificio… ¡qué idea el sacrificarnos!
Sacrificarnos… “¡no, porque es lo que toca!” El… “yo debo de…” o “tengo que…” es una observarme, ¡no hay otros!
Son partes de mí, son fragmentos de mi misma mente, ¡aquí no hay otros! Por tanto veo, me estoy creyendo esa creencia aún, me la estoy creyendo y ahí es donde está el trabajo.
Hay una emocionalidad que se mueve, ya sabes que nunca es por la situación. Es por un pensamiento en tu mente, de estar condicionándote, por tanto, no es esa persona.
Esa persona quizás me muestra una reacción en mi mente ¿qué sucede esa reacción? ¡¡Indefensión!! La veo y no la tomo por cierta.
Dejo de defenderme, no necesito defensas, porque las defensas refuerzan lo que pretendes defender, y es al revés, lo refuerzan.
Por tanto, cuando viene ese pensamiento, y no me defiendo, por tanto no me estoy sintiendo atacada, simplemente lo veo como un mensaje que puedo ver y dejar de comprar, y ahí es cuando llega la paz.
“Te estás dejando de defender. Te estás dejando de defender del sinsentido”.
Estás diciendo: “No es que lo que no tiene sentido, no tiene sentido, y no me tengo que defender de nada, no soy culpable, soy inocente”.
Y al no defenderte, es que te colocas en una posición amable, de paz, ¿qué puedes sentir qué aún sientes que hay algo ahí por encajar?, pero estás abriéndote a eso, porque no te defiendes, ¿y si te encuentras defendiéndote?, no pasa nada, no nos culpamos por defendernos, pues simplemente es que hay miedo en la mente y la no defensa.